“En la base del gesto está la desesperación que deriva de la sucesión de datos cada vez más alarmantes sobre el colapso ecoclimático, que ya ha comenzado, y la indiferencia del mundo político ante lo que promete ser el mayor genocidio en la historia de la humanidad”, apuntó el colectivo.

Por su parte, la reacción de la clase política no se hizo esperar y la primera ministra, Giorgia Meloni condenó el ‘ultrajante gesto’ en el senado italiano.

“El Senado fue elegido cobardemente porque a diferencia de otras instituciones, nunca se ha considerado la necesidad de crear un área de seguridad alrededor del edificio, hasta ahora”.

Asimismo, el grupo de activistas responsables del ataque forma parte de “Ultima Generazione“, la división italiana de “Extintion Rebellion”; en los últimos meses han hecho protestas en los monumentos y cuadros más importantes de Europa.

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