Este miércoles, los ejércitos de Corea del Sur, Japón y Estados Unidos unieron fuerzas una vez más para llevar a cabo maniobras aéreas conjuntas. Esta vez, la operación militar contó con la participación de un poderoso bombardero estratégico estadounidense B-1, en un claro mensaje dirigido a Corea del Norte.

Estas maniobras, que tuvieron lugar sobre las aguas que marcan el límite entre la República de Corea y Japón, representan la decimotercera visita de un bombardero estratégico estadounidense a Corea del Sur en lo que va del año. Este despliegue constante es parte de la estrategia de «disuasión extendida», que busca proteger al aliado surcoreano frente a las amenazas del régimen norcoreano.

Las medidas de disuasión también incluyen el recién creado Grupo de Consulta Nuclear (NGC) entre Estados Unidos y Corea del Sur, que establece un marco de diálogo para considerar una posible respuesta nuclear frente a un ataque norcoreano. Estas acciones reflejan la seriedad con la que los aliados se toman la escalada militar en la península coreana.

Esta no es la primera vez que Seúl, Tokio y Washington realizan ejercicios aéreos conjuntos. La primera vez fue en octubre del año pasado y en esta ocasión, además del bombardero, participaron cazas de combate F-15 surcoreanos, F-16 estadounidenses y F-2, que son la versión japonesa del F-16.

Estas maniobras son una implementación de los acuerdos alcanzados en Camp David el pasado verano, que buscan fortalecer las capacidades de los tres países para enfrentar las amenazas nucleares y de misiles provenientes de Corea del Norte. Cabe recordar que el régimen norcoreano ha realizado cinco lanzamientos de misiles de largo alcance en lo que va del año, una cantidad récord.

Mientras tanto, Corea del Norte ha seguido con su plan de modernización armamentística, realizando pruebas de misiles y buscando acercamientos con China y Rusia, luego del fracaso de las negociaciones sobre desnuclearización con Estados Unidos en 2019.