En medio del dolor que embarga al mundo católico por el fallecimiento del papa Francisco, ocurrido este lunes a los 88 años, una historia de humanidad y generosidad se abrió paso entre los titulares: Mauro Bergoglio, sobrino del pontífice, logró viajar al Vaticano para despedirse de su tío gracias al gesto solidario de una empresaria argentina que costeó su viaje.

Un viaje imposible… hasta que alguien dijo "sí"

El conmovedor relato comenzó cuando Mauro, visiblemente angustiado, confesó en una entrevista que no tenía los recursos para asistir a las ceremonias fúnebres. "Estoy tratando de viajar. No se puede", fueron sus palabras. Lo que no imaginaba era que esas palabras tocarían profundamente a Rita Mattiello, propietaria de una agencia de turismo, quien no dudó en ayudar.

"Me partió el alma escucharlo. Lo vi desamparado", expresó Mattiello, quien de inmediato decidió comprar los pasajes y ponerse en contacto con la producción del programa para coordinar la logística del viaje.

En tan solo siete horas, se resolvieron pasajes, pasaportes y alojamiento. Mauro y su pareja fueron recogidos por un vehículo en su domicilio de Buenos Aires y trasladados al aeropuerto internacional de Ezeiza, desde donde partieron rumbo a Roma. El alojamiento fue gestionado en la parroquia argentina de Roma, debido a la ocupación hotelera que dificultaba encontrar espacios disponibles.

Una despedida marcada por el amor y la memoria

Durante la entrevista, Mauro recordó con emoción a su tío: “Era muy divertido. Siempre estuvo presente, incluso con la distancia”. Contó que su vínculo con el papa era cercano desde la infancia, cuando su padre —hermano del pontífice— lo llevaba a visitarlo mientras estaba en San Miguel. Incluso después de su elección como líder de la Iglesia católica, mantenían contacto por correo electrónico. "Siempre nos contestaba", rememoró con una sonrisa.

Mauro también compartió que el papa, pese a sus intenciones de regresar a Argentina, nunca pudo hacerlo debido a sus compromisos como líder del Vaticano. "Él siempre nos manifestó su deseo de venir. Las situaciones lo impedían, pero las ganas siempre estuvieron de parte de él", explicó.

Una familia marcada por la fe y el compromiso

El papa Francisco, cuyo nombre era Jorge Bergoglio, era el mayor de cinco hermanos. De todos ellos, solo María Elena sigue con vida. Oscar Adrián, padre de Mauro, falleció en 1997. Además de Mauro, otros miembros de la familia también se manifestaron tras el deceso del pontífice.

José Ignacio Bergoglio, sobrino del papa, contó cómo se enteró de la triste noticia a través de las notificaciones de su celular, y cómo fue él quien le comunicó la pérdida a su madre, María Elena.

José Luis Narvaja, hijo de Marta Regina —otra de las hermanas del papa— y también sacerdote jesuita, forma parte del legado espiritual familiar. Mientras que Felipe Bergoglio, sobrino nieto y jugador profesional del Sporting Club Trestina en Italia, es quizá el rostro más joven y mediático del linaje Bergoglio.

Los últimos momentos del papa Francisco

Según informó Sergio Alfieri, médico del hospital Gemelli de Roma y responsable de su cuidado, el papa falleció en paz. Su deseo fue morir en casa, y así fue respetado por quienes lo acompañaron hasta el final.