En un importante desarrollo legal, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) celebró este la resolución del Quinto Tribunal de Circuito de Apelaciones de Estados Unidos, que rechaza la solicitud de Texas para mantener instaladas las boyas en el Río Bravo. Esta decisión representa un revés para el gobierno texano en su batalla por mantener una barrera de 300 metros en el río, destinada a frenar el flujo de migrantes.

El pasado viernes, un panel de tres jueces del Quinto Circuito de Apelaciones de Estados Unidos ratificó la orden del magistrado federal David Ezra, emitida el 6 de septiembre, para que Texas retire la barrera de boyas instalada en julio pasado en el sector de Eagle Pass. Esta medida se implementó como parte de la Operación Estrella Solitaria, liderada por el gobernador republicano Greg Abbott, que buscaba abordar la situación de la inmigración irregular en la frontera.

La Secretaría de Relaciones Exteriores expresó su satisfacción por la decisión del tribunal a través de redes sociales y reafirmó su compromiso de trabajar para garantizar la integridad física y los derechos humanos de las personas migrantes. Esta victoria legal también representa un triunfo para el Gobierno del presidente Joe Biden, que había demandado a Texas por la instalación de las boyas, alegando que constituían una ‘obstrucción a la capacidad navegable’ del Río Bravo.

Proceso legal por la instalación de boyas en el Río Bravo

La demanda presentada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos argumentó que la barrera no solo representaba un obstáculo para la navegación en el río, sino que también infringía leyes federales y tratados internacionales al afectar el curso natural del río que sirve como frontera entre ambos países.

En su defensa, el Gobierno de Texas afirmó que se vio obligado a tomar medidas por su cuenta para ‘defenderse’ de lo que denominaron una ‘invasión’ de migrantes. Acusaron a la administración federal demócrata de no cumplir con su responsabilidad de proteger la frontera sur y argumentaron que la instalación de las boyas era una respuesta necesaria ante la falta de acción por parte de las autoridades federales.

El fallo del tribunal representa un punto de inflexión en la disputa sobre las medidas fronterizas implementadas por algunos estados en respuesta a la migración irregular. Además, destaca la importancia de la cooperación y el respeto a las leyes internacionales en la gestión de la frontera entre México y Estados Unidos.

El Gobierno de Texas ahora se enfrenta al desafío de acatar la orden del tribunal y retirar las boyas del Río Bravo, marcando un hito en una serie de tensiones sobre las políticas migratorias en la región. Este episodio destaca la complejidad y la sensibilidad de los temas fronterizos y subraya la necesidad de buscar soluciones que respeten tanto los derechos humanos como la soberanía de cada nación involucrada.

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