En un acto de protesta sin precedentes, dos activistas de la organización ecologista Just Stop Oil rociaron pintura en los monolitos del famoso yacimiento prehistórico británico de Stonehenge. La policía de Wiltshire, en el suroeste de Inglaterra, detuvo a los sospechosos tras el incidente, que ha generado una ola de indignación en todo el país.
Un vídeo publicado en las redes sociales de Stonehenge muestra cómo los dos hombres corren hacia las enormes piedras del círculo, rociándolas con polvo naranja. A pesar de los esfuerzos de algunas personas por detenerlos, lograron completar su acción de vandalismo. Just Stop Oil, que aboga por el fin de la explotación de combustibles fósiles, se atribuyó.
Motivaciones y reacciones a la protesta en Stonehenge
Just Stop Oil explicó que la pintura en polvo utilizada desaparecerá con la lluvia, pero destacó que el mensaje detrás de su acción subraya la necesidad urgente de una acción gubernamental eficaz para mitigar las consecuencias catastróficas de la crisis climática y ecológica. El primer ministro conservador británico, Rishi Sunak, condenó el acto como un «vergonzoso acto de vandalismo» contra uno de los monumentos más antiguos e importantes del Reino Unido y del mundo.
La protesta en Stonehenge ha reavivado el debate sobre el derecho a manifestarse y los límites de la libertad de expresión en el país. El gobierno conservador ha adoptado medidas para soportar las leyes sobre las protestas, intentando contener las acciones de grupos como Just Stop Oil. Fundado en febrero de 2022, este grupo ha protagonizado diversos actos de desobediencia civil contra la explotación de energías fósiles antes de 2030, atacando obras de arte, interrumpiendo competiciones deportadas.
Stonehenge, construido entre los años 3000 y 2300 antes de Cristo, es uno de los monumentos megalíticos prehistóricos más importantes del mundo. Con sus piedras erguidas y su planta sofisticada, atrae miles de visitantes cada año, especialmente durante las festividades paganas del solsticio de verano. El vandalismo perpetrado por los activistas ecologistas ha generado un debate sobre la protección del patrimonio histórico y la legitimidad de las protestas en un contexto de emergencia climática. Mientras tanto, Stonehenge permanece como un testigo silencioso de los desafíos que enfrenta la humanidad en su lucha por preservar.
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