Wellington.- Nueva Zelanda vivió momentos de angustia y preocupación cuando un poderoso terremoto de magnitud 6.1 sacudió las aguas de las islas Kermadec en la madrugada del viernes. A pesar de la intensidad del sismo, las autoridades no han reportado daños ni víctimas hasta el momento.

El Servicio Geológico de Estados Unidos, encargado de monitorear la actividad sísmica mundial, informó que el temblor ocurrió a las 23:57 hora local (10:57 GMT) y tuvo su epicentro a 89 kilómetros de profundidad. Las localidades más cercanas al lugar del terremoto son Hicks Bay, ubicada a unos 945 kilómetros al sur, y Ohonua en Tonga, a 671 kilómetros al noreste.

Es importante señalar que las islas Kermadec, situadas entre Nueva Zelanda y Tonga, se encuentran mayormente despobladas, a excepción del personal de la base permanente de la isla de Raoul, que cuenta con una estación meteorológica y de radio. Afortunadamente, no se han reportado daños en esa área.

No es sorprendente que Nueva Zelanda sea propenso a los terremotos, ya que el país se encuentra posicionado justo sobre la falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía. Anualmente, se registran alrededor de 14,000 temblores en el territorio, de los cuales entre 100 y 150 son lo suficientemente fuertes como para ser percibidos por la población.

Aunque el terremoto de magnitud 6.1 ha dejado en alerta a las autoridades y a la población, hasta el momento no se han reportado consecuencias graves. Sin embargo, es importante seguir las indicaciones de las autoridades y estar preparados ante cualquier eventualidad.

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