En un evento trascendental, el comité de salario mínimo para la industria textil de Bangladesh decidió aumentar la remuneración mensual de los trabajadores del sector en un 56,25%, hasta alcanzar las 113 dólares. Sin embargo, esta cifra fue rápidamente rechazada por los sindicatos, quienes la consideran insuficiente para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores.

El nuevo salario mínimo mensual para los trabajadores de las fábricas de confección entrará en efecto a partir del próximo mes de diciembre, según informó Raisha Afroz, secretaria del comité designado por el gobierno.

El salario ofertado es insuficiente para subsistir

A pesar de esta medida, la Federación de Trabajadores Industriales y de la Confección de Bangladesh (BGIWF) calificó la cifra como «inaceptable» y subrayó que no cumple con las expectativas de los trabajadores. La BGIWF argumenta que el salario mínimo debería aumentarse al menos a 136 dólares.

La respuesta de los trabajadores no se ha quedado atrás, con cientos de ellos manifestándose frente al ministerio de Trabajo en el centro de Daca, la capital del país. Entre pancartas y consignas, los trabajadores denunciaron sentirse burlados y aseguraron que el gobierno y los propietarios solo han velado por sus propios intereses, ignorando el costo de vida de los trabajadores.

Esta manifestación no es un hecho aislado, ya que los trabajadores textiles llevan dos semanas protestando y exigiendo un aumento de casi el triple del salario mínimo actual, que se sitúa en 75 dólares. Su demanda es que el salario mínimo llegue a los 208 dólares, una cifra que consideran justa y necesaria para poder hacer frente a los gastos básicos de subsistencia.

Bangladesh podría entrar en una crisis textil

La policía informó que, hasta el momento, cerca de 600 fábricas textiles pararon su producción y otras tantas han sido objeto de saqueos durante estas protestas salariales, que son las más importantes que se han llevado a cabo en el país en la última década.

El sector textil es vital para Bangladesh , ya que el país es el segundo mayor exportador mundial de prendas de vestir después de China. Sus 3.500 fábricas textiles, que emplean a cuatro millones de trabajadores, en su mayoría mujeres, representan el 85% de las exportaciones anuales del país, que alcanzan los 55.000 millones de dólares. Además, estas fábricas suministran a marcas y distribuidores occidentales reconocidos, como Gap, Hugo Boss, Adidas, H&M, Grupo Inditex (Zara), Puma y Levi’s.

Los trabajadores del textil no cesarán su lucha por obtener un salario mínimo digno y acorde a su trabajo. Mientras tanto, las autoridades y los propietarios deberán tomar en cuenta sus demandas y buscar soluciones justas y equitativas para garantizar el bienestar de aquellos que contribuyen a la próspera industria textil del país.