El presidente Donald Trump anunció el viernes que firmará un decreto contra los popotes de papel ecológicos promovidas por su predecesor Joe Biden, y prometió que Estados Unidos volverá a usar las de plástico.

Es importante recordar que Trump es un escéptico del cambio climático que califica de “estafa” la transición energética. Debido a esto, prometió impulsar la producción de petróleo y gas.

“La semana que viene firmaré una orden ejecutiva que pondrá fin a la ridícula campaña de Biden para que se usen pajitas de papel, que no funcionan. ¡Regresemos al plástico!”, dijo Trump en sus redes sociales.

Decreto de Biden buscaba un cambio ecológico

El decreto de Joe Biden, expresidentes de Estados Unidos, tenía como objetivo eliminar el uso de plásticos de un solo uso para 2035. Este fue parte de un esfuerzo más amplio para combatir la contaminación por plásticos, especialmente en los océanos.

El uso de pajitas, vasos y cubiertos desechables es ampliamente extendido en Estados Unidos, un país con una fuerte cultura de consumo de bebidas y alimentos para llevar. La decisión de Trump podría tener implicaciones significativas en las políticas medioambientales futuras y en la producción industrial relacionada con los plásticos.

Trump contra los popotes de papel

Desde su primer mandato, el magnate manifestó su desacuerdo con el uso de popotes de papel. En 2019 lanzó una iniciativa en contra de estos utensilios, alegando que son comparables a “las ideas liberales”, puesto que “no funcionan y colapsan rápidamente”.

“Los popotes de papel son solo otra muestra de los excesos regulatorios liberales fallidos. Pero no te preocupes, ¡el presidente Trump tiene la solución perfecta!”, escribió el director de campaña de ese entonces, Brian Parscale, en un comunicado.

Además, se anunció el lanzamiento de popotes rojos de plástico con la marca de Trump estampada; en su momento se informó que serían “reciclables y reutilizables”, y, por supuesto, “cien por ciento estadounidenses”.

Solo en Estados Unidos se estima que diariamente se utilizan más de 500 mil popotes, los cuales, por su reducido tamaño, son difíciles de reciclar, lo que resulta en que la mayoría terminen contaminando ríos o mares, poniendo en peligro el hábitat de las especies que allí habitan.

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