El presidente estadounidense, Donald Trump, justificó el veto a estudiantes extranjeros afirmando que Estados Unidos desea atraer a los mejores alumnos, pero no a alborotadores problemáticos. Durante una conferencia en la Casa Blanca, Trump fue enfático: “Queremos tener los mejores estudiantes, no a alborotadores».

La medida forma parte de una serie de restricciones impulsadas por el Gobierno republicano, entre ellas, la pausa temporal a la emisión de visados de estudiante. Según información difundida por medios, la nueva política incluirá un escrutinio más estricto a las redes sociales de los solicitantes de visado educativo.

Estas acciones se enmarcan en una estrategia migratoria más rígida, enfocada en seguridad nacional y vigilancia de los perfiles digitales de los potenciales estudiantes extranjeros. El secretario de Estado, Marco Rubio, anunció que se comenzarán a revocar visados a estudiantes chinos con vínculos con el Partido Comunista o campos científicos clave.

Caso de Harvard

La decisión apunta especialmente a sectores considerados sensibles, como inteligencia artificial, robótica, energía nuclear, y tecnología cuántica, en medio de tensiones crecientes con China. Uno de los principales blancos de esta política es la Universidad de Harvard, acusada por la Administración de parcialidad ideológica y racismo inverso en admisiones.

Trump ha cuestionado a la institución por supuestas prácticas discriminatorias y por, según él, tolerar conductas antisemitas entre su comunidad académica. Como parte de esta ofensiva, la Casa Blanca congeló subvenciones federales dirigidas a Harvard, argumentando que se trata de una lucha por los derechos civiles.

«No creo que Harvard se haya portado muy bien», comentó Trump, quien también respaldó medidas para limitar su capacidad de inscribir estudiantes internacionales. Sin embargo, una jueza federal bloqueó temporalmente dicha orden presidencial, permitiendo a Harvard continuar con su proceso de admisión de alumnos extranjeros por ahora.

La controversia ha generado reacciones diversas en sectores académicos, que consideran la medida un ataque a la autonomía universitaria y al libre intercambio de conocimiento global.

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