Un tribunal holandés ha condenado a un hombre por ayudar a morir a al menos 10 personas, al venderles unas sustancias letales que él llamaba “drogas suicidas” y proporcionarles las instrucciones para su uso. El hombre, identificado como Alex S., actuó al margen de la ley de eutanasia de Holanda, el primer país del mundo que la legalizó en 2002.

Alex S. vendió las drogas a unas mil 600 personas entre 2016 y 2019, antes de que la policía lo detuviera. Él mismo compró las drogas por internet para su uso personal, pero luego decidió comercializarlas con otras personas que querían poner fin a su vida. Alex S. se presentaba como un defensor del derecho a morir y criticaba la política del gobierno en este aspecto.

Un médico puede practicar la eutanasia a un paciente que sufre una enfermedad incurable o terminal y que padece un sufrimiento insoportable, siempre que cumpla una serie de requisitos estrictos, según la ley holandesa. El suicidio asistido, que consiste en que una persona que no es médico entrega una sustancia mortal a otra para que la ingiera, sigue siendo ilegal.

El tribunal trató a Alex S. con ligereza y dañó el valor de la vida humana en general, al tiempo que socavó la ley de eutanasia cuidadosamente redactada. Además, lo acusó de mentir sobre los efectos de la droga que vendía, conocida como X, que no siempre provocaba una muerte indolora, sino que causaba angustia y pánico en algunos casos.

El tribunal condenó a Alex S., de 30 años, a tres años y medio de prisión, de los cuales 18 meses quedaron en suspenso, lo que significa que solo los cumplirá si reincide.

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