El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha emitido un informe alarmante este jueves, alertando sobre un incremento del 40% en el número de niños ucranianos fallecidos debido a los ataques perpetrados por Rusia en lo que va del año. Desde el comienzo del conflicto, se han registrado 545 menores muertos a causa del fuego enemigo y 1.289 heridos, algunos con lesiones graves.

Según datos proporcionados por Unicef, entre el 1 de enero y el 31 de marzo, 25 niños perdieron la vida en ataques aéreos del Kremlin, incluyendo a infantes de apenas dos años de edad. En las últimas tres semanas de abril, la cifra se incrementó con nueve menores adicionales que se añadieron a esta trágica estadística.

Impacto en la educación y salud de los niños ucranianos

Regina de Dominicis, directora regional de Unicef para Europa y Asia Central, ha expresado su profunda preocupación por la intensificación de los ataques que han devastado escuelas, hospitales y hogares, dejando a los niños ucranianos en una situación de extrema vulnerabilidad. Durante una visita a Kiev, De Dominicis observó la destrucción de 26 centros de salud y 140 escuelas, consecuencia de años de conflicto que han entorpecido la recuperación y el desarrollo de la juventud.

La crisis educativa es una faceta más de esta situación, con casi la mitad de los niños escolarizados en Ucrania incapaces de asistir a clases presenciales. Aproximadamente un millón de ellos no tiene acceso a ninguna forma de educación directa debido a la inseguridad. Como respuesta, Unicef ha distribuido 1,3 millones de kits educativos para uso en línea y ha proporcionado apoyo psicológico a 2,5 millones de niños y sus cuidadores.

Otro aspecto alarmante es la deportación forzosa de niños ucranianos a campamentos en Rusia o Bielorrusia por parte de las fuerzas armadas rusas. Se estima que más de 20.000 menores han sido trasladados contra su voluntad fuera de Ucrania, en lo que se denuncia como una táctica sistemática del Kremlin.

El reciente anuncio de la comisión para la Infancia del Kremlin sobre un acuerdo para el intercambio de 48 niños afectados por la guerra ha suscitado polémica. Mientras Rusia se compromete a retornar a varios menores a Ucrania y Moscú, el gobierno de Volodimir Zelensky persiste en acusar a Putin y a sus oficiales de crímenes de guerra, llegando incluso a solicitar una orden de detención por parte de la Corte Penal Internacional.

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