En un incidente alarmante que ha sacudido a la sociedad alemana, la vicealcaldesa de Berlín, Franziska Giffey, sufrió un ataque por parte de un hombre de 74 años. El agresor, con antecedentes de delitos políticos y de odio, la golpeó en la cabeza con una bolsa que contenía un objeto duro, causándole heridas leves.

El ataque ocurrió mientras Giffey visitaba una biblioteca en el distrito de Rudow. A pesar de la agresión, la vicealcaldesa fue capaz de abandonar el hospital por su cuenta tras recibir tratamiento para la contusión. Giffey, quien también es senadora de Finanzas en el gabinete del conservador Kai Wegner, expresó su preocupación por la creciente frecuencia de ataques a políticos.

Dass ich dort einmal angegriffen werden würde, hätte ich nicht für möglich gehalten.
Gestern habe ich als Wahlkreisabgeordnete für Rudow, die Bibliothek mal wieder besucht. Die Bibliotheksleiterin erklärte mir das aktuelle Programm und ihre vielen Aktivitäten.

— Franziska Giffey (@FranziskaGiffey) May 8, 2024

Contexto de violencia política en Berlín

Este tipo de violencia no es un hecho aislado en Alemania. Recientemente, el principal candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) en Sajonia fue gravemente herido en un ataque. Asimismo, dos políticos del partido verde reportaron agresiones físicas y verbales en Dresde, presuntamente por individuos de la ultraderecha.

La ministra del Interior, Nancy Faeser, ha tomado medidas frente a esta situación convocando reuniones extraordinarias. Se ha propuesto un acuerdo para reforzar el código penal y acelerar los procesos judiciales, buscando castigar con mayor severidad los actos de violencia y acoso contra figuras públicas.

Con un alarmante aumento del 53% en los actos de violencia dirigidos contra cargos electos en comparación con el año anterior, las autoridades y observadores políticos han descrito la situación actual como una preocupante escalada de violencia antidemocrática. Este fenómeno no solo pone en riesgo la integridad física de los representantes del pueblo, sino que también amenaza los cimientos mismos sobre los que se construye una sociedad democrática y libre.

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