Río de Janeiro, Brasil.- A medida que la cifra oficial de muertos por el Coronavirus en Brasil superó a la de China, donde surgió el virus, el presidente Jair Bolsonaro respondió  de forma increíble para muchos. «¿Y qué?» dijo a los periodistas que lo cuestionaron respecto al número récord de muertes del día el martes. «¿Que quieren que haga?».

Bolsonaro, un ex oficial militar de derecha, se ha convertido en uno de los mandatarios que menos importancia le ha dado al Coronavirus; minimizando el impacto de la pandemia, incluso cuando la mayoría de los líderes mundiales han bloqueado sus países, advirtiendo sobre los peligros de volver demasiado pronto a la vida «normal».

La estrategia política de Jair Bolsonaro no es diferente a la del presidente Donald Trump: socavar a los gobernadores que están implementando cierres mientras llaman a impulsar la economía.

«Es claramente una mala política, pero podría terminar siendo una buena política», dijo Brian Winter, editor en jefe de Americas Quarterly, una revista sobre política en América Latina, y señaló que la base de Bolsonaro sigue apoyándolo en gran parte. . Su índice de aprobación creció al 33%, frente al 30% de diciembre, según el encuestador Datafolha.

En Brasil, donde 71.886 personas dieron positivo para COVID-19 y al menos 5.017 murieron, según el Ministerio de Salud, no hay cierre nacional. Bolsonaro ha instado reiteradamente a los brasileños a regresar al trabajo en lugar de huir del virus «como cobardes». Y ha seguido visitando lugares públicos, como farmacias y supermercados, estrechándose la mano con los partidarios.

A principios de este mes, Bolsonaro despidió a su ministro de salud, que había abogado por medidas de distanciamiento social.

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