Ante los miles de asistentes y ante una audiencia de millones de personas, la actual vicepresidenta del país, Kamala Harris, aceptó la nominación demócrata para contender en noviembre contra Donald Trump.

«Prometo ser una presidenta para todos los estadounidenses, mantener sagrados los principios constitucionales de Estados Unidos, los principios fundamentales, desde el estado de derecho y las elecciones justas hasta la transferencia pacífica del poder».

Los asistentes comenzaron a corear «No vamos a retroceder» cuando Harris criticó el historial judicial de Trump.

La vicepresidenta dedicó varios minutos al inicio de su discurso para advertir sobre la posibilidad de que su rival republicano vuelva a la Presidencia, recordando que Trump ha estado implicado en diversos casos judiciales y mencionó su condena por fraude en Nueva York, y una sentencia en su contra en el caso de E. Jean Carroll por abuso sexual.

En un evento en Carolina del Norte el 16 de agosto de 2024, Kamala Harris realizó propuestas para reducir impuestos, prohibir precios abusivos de supermercados e impulsar vivienda accesible con el fin de fomentar una “economía de oportunidades” en caso de llegar a la Casa Blanca.

La actual vicepresidenta de la administración de Joe Biden afirmó que, si gana las elecciones del 5 de noviembre de 2024, propondrá una nueva desgravación fiscal por hijo de hasta 6 mil dólares para las familias con recién nacidos, recortar los impuestos a las familias con hijos y reducir el costo de los medicamentos de prescripción.

“Juntos construiremos lo que yo llamo una economía de oportunidades. Construir la clase media será un objetivo definitorio de mi presidencia porque creo firmemente que cuando la clase media es fuerte, Estados Unidos es fuerte”, señaló Kamala Harris.

La vicepresidenta también abogó por la construcción de 3 millones de nuevas viviendas en cuatro años y un incentivo fiscal para quienes construyan casas para quienes buscan adquirir su primera casa.

Finalmente se realizarán las elecciones de EU 2024 el 5 de noviembre, aunque en algunos estados iniciará dos semanas antes por correo, para que se pueda contabilizar a tiempo.

A diferencia de otros países que celebran sus elecciones en domingo, en Estados Unidos el proceso se realiza siempre el primer martes, después del primer lunes de noviembre, una tradición que ocurre desde 1875.

El 20 de enero de 2025 se realizará la investidura de quien resulte ganador en la elección, donde tomará posesión como el nuevo presidente de Estados Unidos.