El esperado estreno de la nueva versión live-action de Blancanieves dirigida por Marc Webb y protagonizada por Rachel Zegler y Gal Gadot no ha cumplido con las altas expectativas tanto de los fans como de Disney.

A pesar del gran despliegue global y la ambiciosa inversión, la película ha fracasado en taquilla, dejando interrogantes sobre el futuro de los remakes de acción en vivo del estudio.

Un estreno por debajo de las expectativas

Con un presupuesto superior a los 250 millones de dólares, Blancanieves se enfrentaba a la dura tarea de superar la leyenda de la primera película animada de Disney, estrenada en 1937. Sin embargo, la película ha tenido un desempeño inferior al anticipado, con un debut global que alcanzó los 87.3 millones de dólares, lejos de los 100 millones proyectados por el estudio. De esta cantidad, 43 millones provienen de la taquilla en Estados Unidos y Canadá, mientras que 44.3 millones corresponden al mercado internacional.

Aunque se posicionó como la sexta película más taquillera de 2025 hasta el momento, la cifra sigue siendo una decepción para Disney, que esperaba un gran arranque para su apuesta más ambiciosa.

Controversias y dificultades en su camino

El estreno de Blancanieves no estuvo exento de controversias. Uno de los aspectos más criticados fue la representación de los enanitos, que, en lugar de ser interpretados por actores, fueron creados por computadora.

Esta decisión generó un intenso debate, especialmente después de las declaraciones del actor Peter Dinklage, quien calificó la película como “retrógrada” en 2022. Disney, en un intento por evitar más controversias, decidió eliminar "y los siete enanitos" del título original, lo que ha resultado en críticas tanto positivas como negativas.

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Elección de Rachel Zegler como Blancanieves

Además, la elección de Rachel Zegler como Blancanieves no fue recibida de manera unánime, generando más ruido en torno a lo que algunos percibieron como una producción "excesivamente woke", acusada de modernizar demasiado la historia clásica.

Las críticas no se limitaron solo a la película en sí, sino también a la campaña de marketing, que fue vista por algunos como confusa y poco efectiva.