El juicio federal por tráfico sexual contra Sean “Diddy” Combs ha dado un vuelco estremecedor tras el poderoso testimonio de su expareja, la cantante Casandra Ventura, conocida artísticamente como Cassie. En el tercer día de audiencias, la artista rompió el silencio sobre lo que describió como más de una década de abusos físicos, psicológicos y sexuales, sumado al constante chantaje con videos íntimos que, asegura, el productor musical usó para controlarla.

“Él dijo que arruinaría todo por lo que había trabajado, que me haría parecer una p*ta. Que me avergonzaría”, testificó Ventura entre lágrimas, según reportes de la agencia Reuters. Sus declaraciones conmocionaron a la sala y pintaron una cruda imagen de la supuesta doble vida del icónico empresario del hip-hop, de 55 años, quien actualmente enfrenta cinco cargos federales y permanece detenido en Brooklyn desde su arresto en septiembre de 2024.

Chantaje, abuso y manipulación

Ventura afirmó que Combs la amenazó repetidamente con difundir grabaciones sexuales obtenidas durante las llamadas “freak offs”, orgías organizadas por el propio artista en hoteles de lujo de ciudades como Las Vegas, Miami y Los Ángeles. De acuerdo con la denunciante, Diddy contrataba trabajadores sexuales masculinos y la obligaba a mantener relaciones sexuales con ellos mientras la filmaba.

Aunque el músico le aseguró en mensajes de texto que había eliminado los videos, Cassie sostiene que los vio en varias ocasiones almacenados en los dispositivos personales del acusado. “Temía por mi carrera. Temía por mi familia. Es simplemente vergonzoso. Es horrible y repugnante”, expresó en su estremecedor relato.

El jurado tuvo acceso a algunos de esos videos, que no serán difundidos públicamente pero sí serán considerados como evidencia clave en el caso.

Una relación marcada por la violencia

También se proyectó en el tribunal un video captado por cámaras de seguridad en 2016, que muestra a Combs agrediendo brutalmente a Cassie en un hotel de Los Ángeles. En las imágenes, el rapero la lanza al suelo, la patea reiteradamente y trata de arrastrarla de vuelta a la habitación mientras ella apenas viste una toalla.

Ventura explicó que esa agresión ocurrió después de una de las “freak offs” y que le provocó un ojo morado, el labio hinchado y múltiples moretones. Aunque una amiga llamó a la policía tras el incidente, Cassie se negó a identificar a su agresor. “No quería lastimarlo de esa manera. No estaba lista”, aseguró.

Posteriormente, Combs intentó que regresara al hotel a través de mensajes, pero ella se negó rotundamente: “No volveré porque tengo un ojo morado, un labio hinchado y mañana tengo el estreno de una película para la que necesito descansar”. En otro mensaje, expresó: “Estás enfermo por pensar que fue aceptable lo que hiciste. Por favor mantente lejos de mí”.

Durante la audiencia también se mostraron fotografías de la cantante en dicho estreno, donde las marcas visibles de la golpiza fueron cubiertas con maquillaje y cambios en el vestuario.

“Freak offs”: una década de fiestas sexuales bajo presión

Cassie reveló que las fiestas sexuales, cargadas de drogas y coerción, se celebraron durante al menos diez años, entre 2007 y 2017 o 2018. En estas, ella era obligada a reclutar hombres —escorts— para participar en los encuentros, en su mayoría celebrados en habitaciones oscuras bajo estrictas reglas de silencio.

La fiscalía presentó una carpeta con fotografías de distintos hombres, y Ventura identificó a al menos 13 con los que aseguró haber mantenido relaciones sexuales por imposición de Combs. “No recuerdo todos sus nombres, pero los reconocí”, dijo al jurado.

Cassie también detalló cómo, con el paso del tiempo, la relación pasó de ser su “primera experiencia adulta” a una dinámica de dominación total. “Oponerme solo lo hacía más violento. Lo hacía más fuerte. Hacía que quisiera empujarme más fuerte”, declaró, citando un patrón de abuso progresivo y sistemático.