Daniel Radcliffe y Alan Rickman compartieron el set de Harry Potter durante casi una década, marcando una relación inicialmente intimidante para Radcliffe.

Sin embargo, un episodio reciente del podcast Happy Sad Confused reveló cómo evolucionó esta relación.

Rickman, en una entrevista, elogió la dedicación de Radcliffe y los jóvenes actores de la saga, cambiando la percepción de Radcliffe sobre su compañero de reparto.

Inicialmente, Radcliffe sentía temor e inseguridad alrededor de Rickman, incluso llegando a pensar que lo odiaba.

Pero con el tiempo, Rickman se convirtió en uno de los principales apoyos de Radcliffe en su carrera.

Asistió a una presentación de Radcliffe en Broadway y le ofreció consejos valiosos para mejorar su técnica vocal, demostrando un aprecio genuino por su talento.

Curiosamente, después de la muerte de Rickman, se descubrieron diarios en los que expresaba dudas sobre la carrera actoral de Radcliffe, sugiriendo que podría ser más adecuado como director o productor.

A pesar de estas reservas iniciales, el legado de Rickman en el cine, la televisión y el teatro es indiscutible, mientras que Radcliffe continúa prosperando en el mundo del teatro, como se muestra en su participación en Merrily We Roll Along en Broadway.

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