Marvel ha enfrentado una crisis que ha desconectado a la marca de su público, ya que este año ha sido especialmente preocupante en términos de aceptación por parte de los espectadores, quienes critican que las adaptaciones no tienen nada que ver con los comics.

A medida que el Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) se expandía, las expectativas de los seguidores se volvieron más complejas, pero la falta de guía y orden por parte de la compañía llevó a decepciones y molestias cuando las ideas no se cumplían.

La pandemia también permitió a muchos espectadores ser más críticos con las nuevas propuestas y romper la dependencia de ver los proyectos para mantenerse al tanto de la franquicia.

La polarización y las acusaciones de wokeismo también afectaron la recepción de las obras, aunque estas representan constantes en el mundo de los cómics desde hace tiempo.

La marca no ha hecho un gran esfuerzo por sacudirse las expectativas del público que quiere verlo todo, incluso si no tiene sentido. Secret Invasion, la última serie de Marvel, no cumplió con los números de rating esperados, aunque algunos espectadores elogiaron su trama.

El director Ali Selim comentó que no se siente mal por las críticas mixtas y que su objetivo es contar la historia que desean contar, no necesariamente cumplir con las expectativas de los fans.

A pesar de las críticas, no descarta una posible segunda temporada, lo que podría resolver algunos cabos sueltos planteados en el final de la serie.

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