En una victoria legal contundente, Disney salió victorioso de una demanda por supuesto plagio relacionada con la película Moana. El guionista Buck Woodall había acusado a la compañía de haber copiado su obra Bucky the Wave Warrior, pero un jurado en Los Ángeles desestimó su reclamación, reafirmando la originalidad del filme.

Tras un juicio de dos semanas en un tribunal federal, un jurado de ocho miembros determinó por unanimidad que los creadores de Moana no tuvieron acceso al guion de Woodall. La rapidez de la deliberación, que duró menos de tres horas, sugiere que el caso presentado por la defensa de Disney fue convincente y que las pruebas de Woodall no lograron demostrar su argumento. Dado que el veredicto estableció la falta de acceso a la obra del demandante, el tribunal ni siquiera tuvo que analizar si existían similitudes significativas entre ambas historias. Esto representó una victoria completa para Disney, evitando cualquier tipo de sanción económica o reconocimiento de plagio.

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Disney Defiende la Originalidad de Moana

Durante el juicio, Disney presentó una sólida defensa argumentando que Moana fue desarrollada de manera completamente independiente, inspirada en relatos y mitología polinesia tras un extenso proceso de investigación. Además, la compañía subrayó que los elementos mencionados por Woodall no eran lo suficientemente únicos como para ser protegidos por derechos de autor.

El demandante, Buck Woodall, había asegurado que su historia, presentada en 2004, incluía elementos similares a Moana, como un adolescente que desafía a sus padres para embarcarse en un viaje a través del océano y salvar una isla polinesia, así como referencias a la navegación por las estrellas y un semidiós tatuado. Sin embargo, Disney resaltó diferencias fundamentales entre ambas obras: mientras que Moana es una joven polinesia ambientada en tiempos ancestrales, Bucky the Wave Warrior trata sobre un adolescente estadounidense contemporáneo interesado en aprender a surfear.

Otro factor clave en la resolución del caso fue la prescripción legal. En noviembre, un juez determinó que la mayoría de las acusaciones de Woodall estaban fuera del límite de tiempo permitido para presentar demandas por infracción de derechos de autor. No obstante, se permitió que siguiera en pie un reclamo contra Buena Vista Home Entertainment, subsidiaria de Disney, debido a la distribución del DVD de Moana en 2017.