El actor Manuel Guízar, quien fue director escénico, gestor cultural y pionero del Corral de la Comedia en Morelia.

Falleció dejando un amplio legado a las nuevas generaciones.

Con el Corral de la Comedia, foro independiente de autogestión e intercambio cultural con enorme relevancia para la cultura local.

Montó más de 150 obras de teatro, y desde sus inicios ha formado a numerosos actores y actrices de la región en su quehacer escénico.

En Morelia, el actor se erigió como uno de los símbolos del teatro y dedicó sus últimos años a enriquecer las artes escénicas de este estado.

Como actor y gestor cultural del Corral de la Comedia.

La Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) lamentan el deceso de este prolífico actor.

Quien dedicó más de 55 años a las artes escénicas en cine, radio, televisión y teatro, con más de 400 puestas en escena.

Y múltiples radionovelas, teleteatros y películas, principalmente.

Entre sus participaciones en teatro destacan las obras La vida inútil de Pito Pérez, Medea, Corona de sombras, Un hombre es un hombre y Pluto.

Con la obra La vida inútil de Pito Pérez el actor recibió numerosos reconocimientos, y desde sus primeras representaciones el montaje ya se celebraba como la mejor obra del año.

Desde entonces el actor encarnó a este divertido y picaresco personaje durante 30 años.

Desde niño, a Manuel Guízar le llamó la atención la declamación y las artes literarias y dramáticas.

Sin embargo, en el Instituto Politécnico Nacional decidió que su futuro se encontraría en las artes escénicas.

Cuando tuvo la oportunidad de conocer distintas experiencias teatrales que definieron su rumbo dentro de las artes.

En Morelia estudió arte dramático en el Instituto Michoacano de Arte y posteriormente participó en un diplomado ofrecido por el Conaculta en Artes teatrales.

Con Luis de Tavira, José Caballero y Alejandro Luna, y en el Taller de Actuación con Virgilio Mariel.

Durante su trayectoria recibió diversos reconocimientos. En 1967 se le otorgó el Premio al Mejor Actor en el concurso nacional del Injuve.

Por la obra Las voces de Federico Steiner, bajo la dirección de José Manuel Álvarez, con un elenco que se integraba por Manuel Guízar, Felipe Rodríguez y Ana María Jacobo.

En la década de los setenta debutó como actor profesional en la obra Frank V y obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia.

Luego se incorporó al movimiento Teatro Popular de México, donde también fue reconocido con el Premio a Mejor Coactuación por la obra El gesticulador de Rodolfo Usigli.

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