Nadie entendía por qué, aunque todo indicaba que el Premio a Mejor Actriz sería para Nicole Kidman por su destacada actuación en *Baby Girl* de la directora Halina Reijn, la actriz no hizo acto de presencia en la alfombra roja de la Ceremonia de Clausura que tuvo lugar esta noche en el Lido de Venecia.

La incógnita se despejó cuando se confirmó su victoria. En lugar de Kidman, la cineasta holandesa subió al estrado en la Gran Sala para leer un emotivo comunicado escrito por la actriz, sorprendiendo a todos los presentes.

Kidman había escrito: “Hoy llegué a Venecia y descubrí que mi querida madre acaba de fallecer. Estoy en shock y debo regresar con mi familia, pero este premio es para ella. Estoy profundamente agradecida de poder mencionarla esta noche a través de Halina (…) Mi corazón está roto…”, leyó Reijn visiblemente emocionada.

En *Baby Girl*, Nicole Kidman interpreta a Romy, una ejecutiva de alto nivel que mantiene una intensa atracción hacia su joven asistente (interpretado por Harris Dickinson). Su esposo (Antonio Banderas) no sospecha que su estricta y organizada esposa pueda estar pensando en una aventura, mucho menos con alguien tan joven. Banderas interpreta a un atractivo y masculino director artístico.

Durante una rueda de prensa en el Festival hace unos días, Kidman expresó: “Esta película trata sobre el deseo, sobre los pensamientos más íntimos, los secretos, los matrimonios, y la verdad. Hablar de sexo abarca muchas más cosas”, comentó la actriz, quien aceptó el proyecto porque, según sus palabras, “era una historia sobre el sexo contada por una mujer a través de su propia perspectiva. Solo podía confiar en una mujer para abordar este material, y el proceso fue tan profundo y revelador como las experiencias de mi personaje”.

Esta pérdida personal de Kidman añadió una dimensión emocional inesperada al festival, mientras su interpretación seguía siendo aclamada por la crítica.