Avatar, the way of water, podrá ser un éxito taquilla, pero, ¿llegará realmente a ser un éxito teniendo en cuenta las altas expectativas a las que se enfrenta?

James Cameron nos trae la secuela de avatar 13 años tarde, la curiosidad de muchos ha ocupado la cartelera y conseguido unas buenas cifras para su estreno; sin embargo, alzaron mucho la vara y no es la cantidad que tenían prevista para tan esperada cinta.

No está muy lejos de convertirse en el peor fracaso del año y eso porque no tuvimos a Transformes en el cine.

No hablamos de pérdida de dinero, ni de una recaudación baja, evidentemente.

Avatar: the way of water es la secuela directa de la película que más ha recaudado en la historia del cine, recordando que fue reestrenada varias veces para mantenerla en esa posición, cualquier logro que no sea hacer historia parecería un fracaso dentro de una industria voraz como lo es Hollywood.

Con 2.923 millones de dólares, ‘Avatar’ estuvo cerca de convertirse en la primera película en superar los 3.000 millones y lidera la lista de las únicas 5 que han superado los 2000 junto a ‘Avengers: Endgame’, ‘Titanic’, ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza’ y ‘Avengers: Infinity War’.

Trece años han pasado desde Avatar, pero, ¿de verdad hay fans de esto?

Una historia carente de trama que solo luce bonita por los efectos visuales y exagerados efectos de fluorescencia, pese a su rotundo éxito comercial, posee una trama simple, la cual nos recuerda constantemente a Pocahontas, así como sus poco atrayentes diseños, una vez conocidos los tres paisajes y 3 especies de criaturas que ofrece, no ha logrado ser mucho más que una vieja broma.

Cameron logró que funcionase y lo fundió con una maravillosa técnica de captura de movimientos que, aunque también habíamos visto, pareció ofrecer algo nuevo en aquel año. Todos quisimos ver un sortilegio técnico que se vendía como revolucionario, el nuevo salto tras el cine sonoro y el color.

El carente, pero muy promocionado 3D el cual al parecer solo dura unos instantes en la cinta deja muchísimo que desear a pesar de que la gran recomendación siempre fue verla en 3D, lamentablemente este formato se ha ido desvaneciendo y no es algo que sea super atrayente para el público debido a que es muy limitado en las salas de cine y su costo por función es más elevado.

En cuanto a los 48 fotogramas por segundo… si en El Hobbit no funciono visualmente, ¿por qué iba a funcionar ahora? Esto en conjunto con la profundidad de la tercera dimensión, la gran inversión es claramente vista por el excedente de CGI con una alta definición en los personajes Na’Vi; sin embargo, cuando estos comparten pantalla con humanos que lucen sobrepuestos y de piel plástica (siendo que los humanos no poseen modificación digital) lucen como un mal montaje sobre los escenarios digitales con aspecto de videojuego en resolución 8K recordándote que es una cinta de animación mal escrita.

“Avatar 2″: el camino de… lo predecible

‘Avatar: the way of water’ posee furia, y venganza ciega injustificada al estilo de un western con instantes de espiritualidad, su trama es tan cercana a Blue Soldier y Danza con lobos, nos transporta a un documental de caza de ballenas que bien podría ser protagonizado por Green Peace, ya que nos muestran crudamente la caza de criaturas para extraerles una sustancia del cerebro que venden en millones de dólares, algo muy familiar que se vive en el continente oriental.

Si en algo coincide, la crítica especializada es que “Avatar: el camino del agua” es una obra maestra de efectos visuales, pero también que, la Narrativa quedo relegada a un segundo plano y esto termina siendo bastante decepcionante, no hay ninguna sorpresa, aun con todo el tiempo que se tuvo para desarrollar la película y para crear un guion más elaborado, puesto que la trama es totalmente predecible, al punto que te recuerda tramas de muchas películas.

La clara insistencia de James Cameron sobre la mejor película del mundo dio muy altas expectativas, resulto solo algo bonito de ver, pero no de disfrutar durante las 3 horas, donde solo la última de esta tuvo un efecto de involucramiento en la cinta, preocupándote más por las criaturas submarinas que los hijos de los Na’Vi y su protagonismo absurdo con su insistencia en ser un dolor de cabeza.

Una trama que se les perdió a la mitad de la película con Kiri sobre su vínculo con Pandora lo dejaron que se ahogara en las profundidades.

La ciega sed de venganza de un Coronel Miles versión Na’Vi, injustificada y sin sentido solo porque su yo humano le dijo «toma venganza» es absurda.

Tensiones superficiales y bastante simples que son los «detonantes» de los conflictos entre los hijos.

Las claras referencias a «El cazador y la Ballena» o «Moby Dick«, donde el nefasto personaje de Mick Scoresby lleva la insistencia de perseguir a los Tulkuns, vanagloriándose por los asesinatos que este comete de estas criaturas y un satisfactorio desenlace del personaje.

Lo cierto es que (como arte) todo esto es subjetivo, pero es difícil defender la trama de una película con una sola idea: sobre los problemas que traen los hijos y un muy bonito vistazo a las profundidades del océano de Pandora.

Como punto a favor tenemos la inducción subacuática, transportándonos de una forma lo más realista posible a las profundidades del océano, mostrándonos otro mundo lleno de color y efectos luminiscentes. Que fue lo más deleitable de la cinta.

Quizás en la siguiente entrega podamos ver un guion mejor elaborado o tal vez se nos presente un remake de otro Western, eso lo sabremos cuando llegue Avatar 3 si es que no se tarda más de 10 años y la gente ya llegue a perder el interés en esta saga.

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