El personal de efectos visuales (VFX) en Hollywood ha estado denunciando las difíciles condiciones laborales que enfrentan desde el año pasado, incluyendo salarios bajos, falta de atención médica, pocas opciones de jubilación y largas horas de trabajo sin pago de horas extra.

A pesar de esto, los grandes estudios de cine no han anunciado cambios o medidas para mejorar la situación.

Como resultado, cientos de trabajadores de VFX han participado en una encuesta lanzada por la Alianza Internacional de Empleados de Escena (IATSE) con el fin de organizarse y sindicalizarse este año.

Además, los trabajadores de VFX también están preocupados por los bajos salarios y la falta de pago de horas extras, lo que a menudo los obliga a trabajar largas horas sin descanso adecuado.

También hay preocupaciones sobre la falta de opciones de jubilación y la inestabilidad laboral, ya que a menudo se contratan para trabajos a corto plazo en lugar de tener un empleo estable y permanente.

La encuesta de IATSE sugiere que muchos trabajadores de VFX están listos para comenzar a hacer algo al respecto y buscar soluciones a estas preocupaciones a través de la organización sindical.

Es importante destacar que la sindicalización de los trabajadores de VFX podría marcar un precedente en la industria del cine y tener un impacto en la forma en que se tratan y pagan a los trabajadores de la industria en general.

Si bien la sindicalización puede ser un proceso largo y complicado, muchos trabajadores de VFX ven esto como una necesidad para mejorar sus condiciones laborales y obtener beneficios básicos que se les niegan actualmente.

Con el apoyo de la IATSE y otros sindicatos, es posible que estos trabajadores puedan hacer cambios significativos en la forma en que se tratan y remuneran a los empleados de VFX en la industria del cine.

Estos trabajadores a menudo no tienen ningún recurso para presentar sus quejas con nadie, además de los productores, quienes pueden ser las personas que crearon estas condiciones en primer lugar. Esto contribuye a una cultura del silencio, ya que los trabajadores no quieren ser vistos como difíciles, porque cada oportunidad laboral futura se basa en las relaciones personales.

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