La brujería del mal de ojo nace de la envidia de personas que no desean verte prosperar, por lo que buscan bloquearte caminos, transmitirte mala suerte e incluso malestares físicos y mentales, de modo que no puedas trabajar ni vivir en paz.

Pero afortunadamente, hay formas efectivas de curarlo.

Estos son tres elementos esenciales para un sencillo ritual que vas a realizar:

• Bicarbonato de sodio.
• Sal marina.
• Un diente de ajo.

En un pequeño recipiente vas a mezclar el bicarbonato de sodio con la sal marina, y poco a poco, vas a rociarlo dentro de los zapatos o zapatillas que usarás al día siguiente.

Mientras arrojas ambos ingredientes, decreta al Universo:

“Con esta sal rechazo todo lo malo y atraigo a mi vida la paz, el amor y la fortuna”.

Seguidamente, toma un diente de ajo, y frotándolo con fuerza, vas a limpiar las suelas de los zapatos, decretando:

“Desde hoy mis pasos están protegidos y se abren caminos para mí”.

Tira el ajo y deja reposar la sal con el bicarbonato dentro de los zapatos toda la noche.

Al día siguiente, tira los residuos antes de ponértelos, porque no actúan como amuletos de protección, sino como limpiadores de malas energías.

Cuando vibras en un alto estado positivo, se genera una burbuja a nuestro alrededor, más que suficiente para que nada malo puede acercarse a ti.

Después que curar el mal de ojo, es fundamental que aprendas a protegerte de esta brujería.

Uno de los amuletos más conocidos es el ojo turco, que es muy poderoso cuando aprendes a limpiarlo y activarlo.

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