Aprender a usar el ojo turco es muy sencillo: basta con colgarlo del cuello, la muñeca, el tobillo o colgarlo dentro de la casa o el lugar que deseamos proteger (incluso, existen pendientes con esta forma).

Si deseas usarlo como protección, debes saber que la función del ojo turco es «distraer» la mirada de la persona que desea hacer daño, para que de esta forma su energía negativa quede eliminada y no pueda cumplir su objetivo.

En el caso de los recién nacidos, generalmente se utiliza un pequeño ojo turco atado a su muñeca, aunque también puede estar enganchado a su ropa.

Aunque los colores tradicionales son el azul claro, azul oscuro y blanco, existen otras versiones que tienen otros significados:

• Si es de color rojo, es protección para el amor.
• Si es amarillo, protege contra las enfermedades.
• Si es blanco, se utiliza para equilibrar las energías en espacios como casas, oficinas o comercios.

Qué pasa si el ojo turco se cae, se rompe o se agrieta

Si tu ojo turco llega a caerse, romperse o comienza a agrietarse, la creencia dice que es porque el amuleto ha cumplido su misión de protección al retener la energía negativa de otra persona, y que por lo tanto es momento de sustituirlo por uno nuevo.

Si el nazar es robado, quien lo toma se lleva la energía negativa que haya recogido el amuleto.

Aunque hay que llevarlo puesto, hay personas que prefieren tener un abalorio de ojos turcos, guardarlo en su bolso y sacarlo cuando sienten que necesitan repeler las energías negativas.

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