El rol de los planetas y los signos
Los signos, organizan doce modalidades o personalidades humanas. En Astrología existe un orden representado por los planetas.
Los planetas funcionarán los “actores” que habitamos: muchas veces podemos estar muy identificados con alguno de ellos.
Para comprender el simbolismo de los planetas, pensemos en las leyes herméticas y del principio de correspondencia: “Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba“; en este caso podemos sumar que “como es adentro, es afuera; como es afuera, es adentro”.
Este el principio básico para entender el mapa simbólico al que refiere la Astrología. La correspondencia habla de niveles que se co-responden unos con otros: el diseño del Cielo se corresponde con el de la Tierra; el orden del macrocosmos con el del microcosmos; el sistema solar con nuestro psiquismo. Esos planos -aunque diferentes- no están separados.
Luna, Sol y Ascendente:
Cómo descubrir nuestra personalidad, emociones y destino
Todos tenemos todos los signos y todos los planetas en nuestra Carta Natal, pero combinados de formas diferentes. Entonces, depende de qué lugar ocupa si tendrá mayor o menor presencia en nuestra personalidad y podremos reconocernos en mayor o menor medida con los personajes que simbolizan.
¿Qué personaje planetario nos identifica?
La manera de organizar el estudio de los planetas sigue la cercanía a la conciencia (tierra-sol) de cada uno de ellos. Acá, con qué planetas nos identificamos más y con cuáles nos cuesta más vincularnos.
LUNA:
El protector. Este satélite terrestre forma parte de esta matriz simbólica asociada a los planetas o cuerpos celestes. La Luna se conecta a lo más cercano, a lo más conocido, al origen y a la Madre. Simboliza lo más familiar, todos la conocemos y sabemos sus fases, no tenemos esta familiaridad con el resto de los planetas al observar el cielo. Cercana y popular, representa lo familiar en una Carta Natal, la identidad básica, aquello que da seguridad y protección. Representa nuestro hábitat emocional, nuestra primera identidad, aquello que nos protege, la “madre” del holograma natal.
Si estamos muy identificados con el personaje lunar. Solemos ocupar el rol de protector sensible, la gran madre-padre que cuida a todos. Prestamos atención a las necesidades de los otros. Nos sentimos muy vulnerables fuera de los ámbitos conocidos. Tendemos a generar vínculos de mutua dependencia que, lejos de asfixiarnos, nos hacen sentir protegidos y queridos. Construimos un mundo adulto reproduciendo un estilo similar al de la familia de origen. Le damos importancia al mundo familiar y materno, priorizando la comodidad. Solemos eligir quedarnos en casa antes que socializar.
Si nos cuesta reconocernos con el personaje lunar. Tendemos a huir de los compromisos y a postergar o rechazar la posibilidad de armar la propia familia. Nos cuesta compartir espacios o actividades con la familia de origen. Tenemos dificultades para hacernos cargo de las necesidades del entorno porque sentimos que nos quita libertad. Nos asfixia quedarnos mucho tiempo encerrados en un mismo lugar; cuesta sentir afinidad o compartir intereses con la familia de origen. Recordar el pasado tiende a entristecernos.
MERCURIO:
El comunicador. Desde el punto de vista astronómico, Mercurio es el planeta más cercano al Sol. Astrológicamente, simboliza la función más cercana a la conciencia o al Yo y se ocupa de conectarlo con el mundo exterior. Representa la comunicación verbal y mental, la inteligencia, la percepción intelectual y la interacción entre el mundo interior y el exterior.
Si nos sentimos muy identificados con el personaje mercurial. Es el “Mensajero Alado, el Dios de los Caminos”, nos recuerda que todo lo que existe está interconectado. Somos netamente seres vinculantes, nos es fácil hacer amigos, escuchar a otros, intercambiar ideas y opiniones. Experimentamos, preguntamos y curioseamos naturalmente; consideramos que cada vínculo o experiencia trae siempre nuevos aprendizajes. Somos buenos comunicadores, divertidos y sociables, la pasamos mejor acompañados que andando solos por la vida.
Si nos cuesta reconocernos con el personaje mercurial. No nos gustan los cambios. Preferimos decidir en soledad antes que estar consultando opiniones ajenas. Nos cuesta tener amigos y es probable que, si tenemos hermanos, mantengamos diferencias con ellos. Nos esforzamos por mantener una imagen seria, somos algo tercos y solitarios, tendemos a sostener ideas aunque todo el mundo opine lo contrario.
VENUS:
El seductor. Desde el punto de vista astronómico, Venus es el segundo planeta más cercano al Sol y es el más próximo a la Tierra. Es el planeta más parecido al nuestro, similar en tamaño, masa y composición. Venus es normalmente conocida como la estrella de la mañana (o Lucero del Alba) o la estrella de la tarde (o Lucero Vespertino), cuando es visible en el cielo nocturno. Es junto, a la Tierra (diosa Gea de la antigüedad), el único planeta del Sistema Solar con nombre femenino. Venus puede aproximarse a la Tierra más que ningún otro planeta y astrológicamente simboliza lo complementario, a la compañera o a la amante.
Si nos sentimos muy identificados con el personaje venusino. Venus representa a la Diosa Afrodita del amor. Su función es seducir, complementar, disfrutar y armonizar. Nos gusta e importa estar bien en pareja, tendemos a priorizar la apertura y el encuentro armonioso y amoroso con los otros. Valoramos la imagen y la estética propia y la de quienes nos rodean. Apreciamos el arte y la cultura. Somos sensuales, armoniosos y buenos mediadores, tendemos a saber cómo solucionar conflictos. Somos educados, agradables, de buen trato y nos ocupamos por realizar actividades solidarias porque nos importa lo que le sucede al entorno y a la sociedad en general.
Si nos cuesta reconocernos con el personaje Venusino. Nos es difícil estar en pareja, lo sentimos más como una incomodidad que como un beneficio. Tendemos a confrontar y a ver enemigos o conflictos en todas partes. Difícilmente estemos relajados, nos cuesta descansar y detenernos a disfrutar de las cosas simples de la vida. Resulta difícil adaptarnos a las normas sociales y tendemos a sentirnos desequilibrados o enojados.
SOL:
El líder. La Astrología está hecha desde lo que vemos cotidianamente desde nuestro planeta, por lo que el “sol astrológico” en verdad representa a la Tierra girando alrededor del Sol. La mirada astrológica simboliza el mundo emocional humano, reproduce la mirada desde la tierra, donde parece que es el sol el que gira alrededor nuestro. Centro del Sistema Solar, en torno a él giran los planetas, es el centro gravitacional que los atrae. Con su luz y su energía los ilumina y vitaliza. El sol se autogenera, se autoconsume, fabrica su propia energía para vitalizar al resto. En astrología, simboliza al núcleo de la personalidad, representa al individuo consciente de sí mismo, su capacidad para brillar y ser centro, para expresar, irradiar y liderar.
Si nos sentimos muy identificados con el personaje Solar. La figura solar se asocia al “rey”. Cumple la función simbólica de unidad, su existencia garantiza la del reinado como tal, siempre coordinando las partes y garantizando su unidad. El sol es centralizador, se asocia al director de orquesta. Nos gusta llevar la batuta y asumimos el rol de líder en los proyectos; nos hace feliz guiar a los otros y ser el centro de su atención. Somos seguros, creativos, auténticos, cálidos, leales y generosos. Nuestra espontaneidad y alegría estimula al resto a expresarse confiando en su propio estilo. Prestamos mucha atención a la imagen corporal y social. Nos hemos diferenciado de la familia de origen desarrollando un estilo particular y personal de vivir.
Si nos cuesta reconocernos con el personaje Solar. Tenemos miedo a equivocarnos; en la aspiración de hacer todo perfecto, ni siquiera intentamos individualizarnos. Esta dificultad para lo espontáneo y la expresión auténtica inhibe el accionar y nos paraliza. Tendemos a endurecernos mental y corporalmente. No aceptamos nuestra esencia, al no escucharnos a nosotros mismos convivimos con una sensación de exilio y de intransferible soledad. Nos cuesta la función del sol, que es justamente “dar vida”, sintiéndonos desmotivados, desvitalizados, sin alegría y ni proyectos. Cuesta compartir con otros, nada nos estimula a conectarnos o a disfrutar.
MARTE:
El Guerrero. Es el cuarto planeta del Sistema Solar más cercano al Sol. Llamado así por el dios de la guerra de la mitología romana Marte, recibe a veces el apodo de planeta rojo debido a la apariencia rojiza que le confiere el óxido de hierro que domina su superficie. Es el primer planeta exterior que está más allá de la Tierra. En Astrología simboliza la función conquistadora de intentar ir hacia adelante, de buscar nuevos territorios. Representa a nuestro guerrero interno que desea y sale a conseguir lo que quiere, el que se pone “rojo de ira” y sale a pelear.
Si nos sentimos muy identificados con el personaje marciano. Somos independientes y autodeterminados, salimos a buscar la vida. Estamos acostumbrados a valernos por vos mismo y no esperamos que nadie nos regale nada. Tenemos el suficiente coraje y energía vital para luchar para concretar tus deseos. De estilo franco y claro, nos expresamos sin vueltas para explicitar tus deseos. Asumimos riesgos y abrimos camino intentando superar cualquier obstáculo. La fuerte personalidad valora ser independiente y no necesitar de los otros. Sobrellevamoa los fracasos reciclándonos con nuevas energías. Nos fortalecemos ante los límites y superamos las frustraciones con rapidez. Nos hacemos valer y confiamos mucho en la propia fuerza.
Si nos cuesta reconocernos con el personaje marciano. Somos muy dependientes de otros, nos cuesta valernos por nosotros mismos. Tratamos de agradar y disimular los enojos porque tememos al rechazo y la agresividad. Nos sentimos violentados o fracasados por no animarnos a accionar. Como no nos decidimos a encarar los propios proyectos, solemos frustrarnos por esperar que otros nos ayuden a hacer lo que no nos animamos. Somos susceptibles y de temperamento inestable. Intentamos ser medidos y controlados pero actuamos de forma ciega e impulsiva generando insólitas escenas de ira y furia. Nos cuesta poner límites y frenar a los otros que te invaden. Sentimos energía violatoria e intrusiva a nuestro alrededor, nos enoja el no registro del otro cuando, en verdad, deberíamos registrar que somos nosotros mismos quienes primero no registramos los propios deseos y los límites que debemos poner.
JÚPITER:
El guía. Es el quinto planeta del Sistema Solar y forma parte de los denominados planetas exteriores que están más lejos del Sol que la tierra. Su nombre es el dios romano Júpiter o de Zeus, en la mitología griega. Es el planeta más brillante después del Sol, el mayor cuerpo celeste del Sistema Solar, con una masa casi dos veces y media mayor a la de todo los demás planetas juntos. Simboliza nuestra capacidad de expandirnos, de crecer, la confianza y el entusiasmarnos para logar superarnos y ser más.
Si nos sentimos muy identificados con el personaje Jupiteriano. Somos naturalmente confiados, alegres y entusiastas. Nos aventuramos a los nuevos proyectos y confiamos en la fluidez de las cosas. Somos agradecidos, de mirada optimista y entregada. Somos extrovertidos y siempre cargados de energía contagiosa. Transmitimos entusiasmo de una manera alegre y generosa. Tendemos a ver el vaso medio lleno ante cualquier situación complicada. No nos frustramos fácilmente y encontramos un aprendizaje interesante en cada situación que atravesamos. No nos detenemos en la queja ni sentimos que la vida nos debe algo. Ponemos el énfasis en las cosas positivas y minimizamos las que no son tan agradables. Tenemos una mirada trascendente de la vida, somos abiertos a diferentes filosofías o caminos espirituales. Gustamos de abrir camino y marcar dirección para otros, de proyectarnos hacia el futuro y siempre planteamos nuevos horizontes.
Si nos cuesta reconocernos con el personaje Jupiteriano. Nos cuesta sentirnos vitales y solemos estar faltos de alegría. Tendemos a quedar identificados en “la carencia”, atrapados y quejosos en lo que no tenemos o en los proyectos que no se dan. Falta desarrollar sentido de oportunidad. Nos cuesta sintetizar, priorizar y solemos quedarnos engachados en detalles sin importancia o en críticas intrascendentes. También dudamos y nos cuesta definir una respuesta, estamos inquietos y somos escéptico con nuestra vida en general. Fundamentalmente, nos cuesta confiar en vos mismo. Pensamos que podemos hacer poco para mejorar nuestra vida pecando de excesivo conformismo o comodidad.
SATURNO:
El jefe. Saturno es el último planeta que se ve a simple vista. Es el sexto planeta del Sistema Solar, el segundo en tamaño y masa después de Júpiter y el único con un sistema de anillos visible desde nuestro planeta. Su nombre proviene del dios romano Saturno. En la mitología romana, Saturno era el equivalente a Crono, gobernaba a los dioses y a los hombres devorando a sus hijos en cuanto nacían para que no lo destronaran. Saturno se destacaba por su lentitud y se lo asociaba al padre anciano. En Astrología, simboliza la capacidad de poner límites y orden, la madurez y el esfuerzo para construir con solidez, el criterio realista y la tolerancia a los límites, las frustraciones se transforman en objetivos para seguir creciendo.
Si nos sentimos muy identificados con el personaje Saturnino. Somos criteriosos y realistas, tenemos capacidad para poner orden y límites y lograr que los proyectos se encaucen. Somos pragmáticos y objetivos, nos ponemos metas y, lejos de frustrarnos cuando no salen en tiempo y forma, nos esforzamos para seguir adelante y obtener logros aún más resistentes y sólidos. Somos oportunos y grandes conocedores de los tiempos para actuar en cada proyecto o vínculo. Tenemos importantes talentos para triunfar en la vida como la paciencia, la responsabilidad, la perseverancia, la constancia y la tenacidad. Sabemos autoregularnos y ser el propio juez, como ya no ponemos la mirada exigente en lo externo, solemos desarrollar un buen vínculo con figuras de autoridad. Somos referentes en el entorno por ser seguros y confiables para actuar, se valora nuestra capacidad de compromiso, firmeza y solidez.
Si nos cuesta reconocernos con el personaje Saturnino. Tenemos un alto nivel de exigencia. Solemos sentirnos atrapados en la crítica, los juicios y las exigencias. Nos cuesta confiar en nosotros mismo y construir un proyecto a nuestra manera. Tenemos dificultad para poner límites claros y nos autoimponemos exigencias y obligaciones. Sería bueno aprender a regular las demandas externas y las propias. La figura paterna puede estar idealizada o vivenciada como extremadamente exigente, esto puede generar proyección de tiranía en otras personas a quienes entregamos excesiva autoridad y sostén. Mientras veamos la ley y la seguridad afuera, padeceremos una rigidez extrema. Sufrimos la falta de espontaneidad e imaginación, somos inflexibles y severos, y esta excesiva dureza suele llevarnos al aislamiento y la soledad. En general, nos frustramos en los vínculos o en los proyectos por poner desmedidas expectativas que suelen no cumplirse. Deberemos madurar y desarrollar mayor autosostén para superar las recurrentes desiluciones.
Aún existen tres planetas más en el sistema solar:
Urano, Neptuno y Plutón. Estos son los planetas trans-saturninos, están tan distantes del Sol que sólo comenzaron a verse cuando se desarrollaron los telescopios. No fueron visibles durante siglos ni tampoco en la Astrología originaria. Su extrema distancia de la Tierra los convierte en energías muy distantes para la conciencia y representan personajes muy complejos para nuestra psiquis como para poder sentirnos identificados en lo individual.
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