En redes sociales han circulado fotos de focas que usan un casco con una antena. Se tratan de las focas de Weddell que ayudan a investigadores japoneses a estudiar las aguas debajo de la gruesa capa de hielo en la Antártida.

Las ocho focas elegidas para el proyecto cuentan con dispositivo de monitoreo de 580 g en la cabeza que analizan el ambiente con un sensor de conductividad, temperatura y profundidad.

El líder del proyecto, Nobuo Kokubun, dijo que dicha investigación ayuda a los científicos a rastrear los patrones de comportamiento y la ecología de los animales.

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«Durante el verano, podemos ir a la Antártida en rompehielos para realizar actividades de investigación reales, de modo que podamos recopilar datos allí. Pero durante el invierno, esas cosas no se pueden hacer en tantos lugares», dijo Kokubun durante una entrevista con Reuters.

Los científicos aprendieron que el agua de mar cálida de la capa superior en el mar abierto llegó a la Antártida desde marzo hasta el invierno de ese año. El agua fluyó por debajo del hielo, atrayendo criaturas marinas como el krill antártico, una importante fuente de alimento para las focas.