Seúl, la capital de Corea del Sur, ha sorprendido al mundo al enfrentarse a su peor nevada decembrina en más de cuatro décadas. La intensa nevada, que comenzó el sábado, dejó a la ciudad cubierta por más de 10 centímetros de nieve, algo que no se veía desde 1981.

La Agencia Meteorológica emite un aviso de fuertes nevadas

La Agencia Meteorológica surcoreana emitió un aviso de fuertes nevadas para la capital y varias partes de las provincias de Gyeonggi y Gangwon. Estas áreas fueron las más afectadas, registrando hasta 12.2 centímetros de nieve, una cantidad que no se había visto en más de 40 años. Fue en 1981 cuando Seúl alcanzó su máximo histórico para el mes de diciembre, con más de 18,3 cm de nieve.

Aunque las autoridades advirtieron sobre las condiciones climáticas extremas, afortunadamente no se reportaron decesos ni heridos debido al mal tiempo. Las cuadrillas de limpieza se encuentran en plena acción para retirar la nieve de las calles de Seúl. Un total de 4,689 personas y 1,218 equipos están trabajando arduamente para restablecer el funcionamiento normal de la ciudad.

Sin embargo, las autoridades han advertido que las fuertes nevadas podrían continuar este domingo, estimando que podrían alcanzar los 5 cm en la capital. A pesar de las condiciones peligrosas, el tráfico en la ciudad se vio afectado solo por colisiones menores. En una carretera de cinco carriles en el centro de Seúl se restringió parcialmente el tráfico, mientras que un accidente de autobús menor y un atropello dejaron solo un herido leve. Afortunadamente, los ciudadanos han seguido las recomendaciones de seguridad y no se han registrado situaciones graves.

Otras partes de Corea del Sur y el Reino Unido también se enfrentan a condiciones climáticas extremas

Cabe resaltar que otras partes de Corea del Sur también experimentaron nevadas o lluvias durante el sábado. Esto demuestra el impacto generalizado de las condiciones climáticas extremas en todo el país.

En el ámbito internacional, cabe mencionar que el Reino Unido también se enfrentó a una tormenta el pasado 28 de diciembre. Fuertes vientos, nevadas y lluvias causaron daños en viviendas, la suspensión del servicio de trenes y dejaron a millas de personas sin electricidad en Escocia y partes del norte de Inglaterra. Las cuadrillas de trabajadores se encontraron con vientos de hasta 128 kilómetros por hora mientras intentaban restablecer el suministro eléctrico en medio de escombros y ramas caídas.

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