Uno de los productos más consumido el mundo por su preparación rápida, son las famosas sopas instantáneas, pero estas se han convertido en un enemigo nocivo para la salud.

De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), este tipo de sopas son uno de los alimentos procesados más comunes debido a su facilidad de almacenaje y practicidad; pero no cuenta con ningún valor nutricional.

México se ha convertido en el principal consumidor de este producto de sopas instantáneas; desde que inició la pandemia; el país destaca como el decimo segundo lugar de consumo de estas pastas con un índice de un 8.7 kilos per capita al año. Incluso este producto ha sustituido notablemente el consumo del frijol; puesto que las personas prefieren ahorrar tiempo en poner a cocer los frijoles.

La ingesta diaria o recurrente de sopas instantáneas podría repercutir gravemente en la salud debido a que contiene índices de glutamato monosódico; un aditivo en los alimentos procesados que podría causar dolor de cabeza. Además de que sus saborizantes artificiales no son buenos para el organismo.

Por otro lado, estos alimentos de fácil preparación y de bajo costo, contribuyen a los índices de obesidad en menores y adolescentes que son los que más consumen estas pastas.

Sin contar que este alimento dura almacenado en los intestinos, sin poder ejercer la función de evacuamiento común

Las famosas pastas instantáneas hicieron su aparición en 1998 y llegaron para quedarse; posicionándose en los mercados, como una botana ocasional pero esta trascendió como un alimento de la canasta básica.