¡Evita que tu cerebro te haga más pobre!
Estás navegando por una tienda en internet y tienes la tentación de comprar un producto.
Es un poco más caro de lo que permite tu cuenta bancaria, pero se convierte en lo más urgente del mundo en este momento.
¿Qué pasa si el precio sube y pierdes la oportunidad? ¿Y si te quedas sin él?
Siguiendo un impulso, haces los cálculos en tu cabeza y decides comprar. Ni siquiera necesitas ingresar el número de tarjeta, que ya está guardado en el navegador de la computadora.
Días después llega el arrepentimiento. O peor aún, la deuda.
En los últimos años, estudios en los campos de la economía del comportamiento y la neuroeconomía han demostrado que estas situaciones.
En las que tomamos decisiones irracionales que dañan nuestra salud financiera ocurren con frecuencia.
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Es un poco más caro de lo que permite tu cuenta bancaria, pero se convierte en lo más urgente del mundo en este momento.
¿Qué pasa si el precio sube y pierdes la oportunidad? ¿Y si te quedas sin él?
Siguiendo un impulso, haces los cálculos en tu cabeza y decides comprar. Ni siquiera necesitas ingresar el número de tarjeta, que ya está guardado en el navegador de la computadora.
Días después llega el arrepentimiento. O peor aún, la deuda.
En los últimos años, estudios en los campos de la economía del comportamiento y la neuroeconomía han demostrado que estas situaciones.
Evita que tu cerebro te haga más pobre.
En las que tomamos decisiones irracionales que dañan nuestra salud financiera ocurren con frecuencia.
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