Uno de los productos más consumidos por las personas y que es considerado como de la familia de las golosinas, es la goma de mascar o mejor conocido como chicle, pero masticar este producto, es bueno o malo.

La goma de mascar o chicle, ese producto del que anualmente se consumen más de 550,000 toneladas, cautiva a chicos y grandes; además de que los puede encontrar en diferentes presentaciones y sabores.

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Diferentes investigaciones han concluido que el masticar chicle puede ayudarnos a aliviar el estrés. En diversos experimentos se ha encontrado que después de masticar un chicle, se reducen los niveles de cortisol en la saliva.

La salivación, que produce reduce la acidez en la boca y se ha encontrado que el xilitol, sustancia que se utiliza como endulzante en las gomas de mascar sin azúcar, inhibe el crecimiento de la bacteria que causa la caries. Además de ayudar con el mal aliento.

Así como puede resultar benéfico para los individuos, la goma de mascar también puede ser un gran enemigo de las ciudades y es que miles de personas arrojan la goma de mascar a la calle sin tomar en cuenta las consecuencias que ello trae.

Según autoridades de Distrito Federal, en México, cada goma de mascar arrojada al suelo puede contener hasta 70 mil bacterias, convirtiéndola en un foco de infección.