Ciudad de México. – Una madre sufrió de agresiones por parte de su hijo, a quien demandó y autoridades no han hecho nada al respecto.

La madre de edad avanzada llamada Celia Zendejas Vargas ha vivido de agresiones por parte de su hijo, como golpes en el rostro, jalones, aventones e insultos y autoridades no han hecho nada para ayudarla.

Vecinos mencionan que escuchaban constantemente gritos y lamentos desde su domicilio y que normalmente se le veían moretones en los ojos de la mujer de 84 años.

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Los hechos ocurrieron en su domicilio de la alcaldía Gustavo A. Madero, en donde su hijo, se dice ser un adicto identificado como Julio Soto Zendejas de 56 años.

Durante mucho tiempo fue manipulada y amenaza

da por su hijo para que no lo denunciara, pero el pasado 19 de julio la señora Celia se decidió. Tras ser golpeada una vez más, acudió a la Fiscalía de Justicia de la Ciudad (FGJCDMX) para presentar una denuncia en su contra.

En el lugar la analizó un médico legista.

“Presenta equimosis irregular violácea de cuatro por tres centímetros en párpado inferior, izquierdo, aumento de volumen de tres por tres centímetros en región malar de lado izquierdo, zona equimótica irregular amarillenta de seis por nueve centímetros en región pectoral izquierda…” se lee en su registro.

De acuerdo con datos de la denuncia, ese día ella estaba en su recámara hablando por teléfono con otra de sus hijas, cuando Julio Soto entró, le colgó la llamada y le cuestionó por qué le contaba cosas.

Mientras lo hacía, “me dio dos cachetadas, una pegándome en mi ojo izquierdo y la otra pegándome en mi mejilla del lado izquierdo, decía que también todo el mundo le faltaba al respeto, me pega a la altura del pecho, no recuerdo cuántas veces lo hizo”, relató la mujer ante la autoridad.

En esa ocasión, por la angustia y los nervios, la señora Celia buscó encender un cigarro, pero el sujeto la tomó del brazo, la jaloneó y la aventó mientras le decía que se fuera a fumar a otro lado.

Por el momento, las autoridades no han tomado postura alguna. Celia y su agresor siguen viviendo bajo el mismo techo en la unidad San Juan de Aragón, en la alcaldía Gustavo A. Madero, donde las amenazas siguen.

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