Juchitán, Oaxaca.- “Ha de ser COVID-19 positivos y sigue laborando; yo que usted, me desinfecto”, fue la reacción de una mujer de aproximadamente 30 años de edad, quien luego de atacarlo verbalmente, sacó de su bolsa una jeringa que tenía cloro y lo roció en su uniforme, mano y en el rostro.

El joven médico tiene aproximadamente 29 años de edad y es originario de Juchitán, Oaxaca, sin embargo desde hace tres años emprendió su consultorio particular, y por las noches es médico de guardia del ayuntamiento.

“Yo pensé que iba a mostrarme un medicamento o algún documento, pero sacó una jeringa y me arrojó el contenido hacia la ropa, cuando me cuenta que era cloro, lo único que hice fue tomar unas sanitas y revisar el líquido”, expresó.

La mujer salió del consultorio, pero decidió no detenerla ni correr tras de ella para evitar un conflicto mayor o ponerse nuevamente en riesgo.

El doctor dijo sentir impotencia y miedo, porque recibir una agresión es muy lamentable; la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca ya tiene conocimiento del ataque, así como autoridades municipales aseguraron que le brindarán ayuda legal para que pueda denunciar la agresión ante autoridades de justicia.

Como muchos médicos en el país, a pesar de las agresiones, esto no los hace decaer el ánimo, porque ante una pandemia, hay personas que necesitan de sus servicios, por lo que dijo que se mantendrá laborando al servicio de la comunidad.

Las autoridades de Salud han externado su preocupación constantemente por estos ataques ocurridos en México, porque mientras en otros países los médicos de la primera línea de batalla son tratados con respeto, aquí prevalece la discriminación y el trato agresivo contra personal de la salud en general.

Para evitar esto, en distintos estados de la República -entre ellos en Durango o Jalisco- se ha dispuesto de trasladarlos gratuitamente por personal de la policía municipal o de bomberos.

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