El martes nos sorprende con el anuncio de que Microsoft ha recibido una multa millonaria por parte de la FTC en Estados Unidos. El titán tecnológico tendrá que pagar $20 millones de dólares a la reguladora norteamericana por retener ilegalmente información de menores a través de Xbox.

La multa hacia Microsoft habría sido emitida el día de ayer, de acuerdo con el comunicado publicado por la Federal Trade Commission. En este documento se explica que Microsoft tendrá que realizar el pago después de infringir el Acta de Proyección a la Privacidad de Menores en Internet (COPA por sus siglas en inglés).

«Microsoft pagará 20 millones de dólares para zanjar las acusaciones de la Comisión Federal de Comercio de que infringió la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Internet (COPPA) al recopilar información personal de niños que se suscribieron a su sistema de juegos Xbox sin notificárselo a sus padres ni obtener su consentimiento, y al retener ilegalmente información personal de niños.»

Adicionalmente a la multa, Microsoft tendrá que cumplir con una serie de regulaciones. Entre estas se encuentran:

• Informar a los padres que no creen una cuenta separada para sus hijos podría provocar la recolección de ciertos datos sensibles.
• Obtener el consentimiento de los padres para cuentas creadas después de mayo del 2021 si el dueño del perfil sigue siendo un menor.
• Contar con sistemas para eliminar todos los datos recopilados de menores durante el proceso de creación de cuenta bajo consentimiento de los padres. Así como eliminar toda la información no indispensable de los menores.
• Notificar a las publicistas de los juegos que también tendrán que cumplir con las leyes COPA.

Microsoft acepta la multa: «Un glitch nos puso en este problema»

Tras darse a conocer la multa, Dave McCarthy, CVP de Servicios al jugador en Xbox, expresó que la empresa cumplirá con la multa y las solicitudes de la FTC. El representante de Microsoft y Xbox reconoció que todo este problema se debió a un «glitch de retención de información».

«Durante la investigación, identificamos un fallo técnico por el que nuestros sistemas no borraban los datos de creación de cuentas de niños cuyo proceso de creación se había iniciado pero no finalizado», explicó McCarthy. «Nuestro equipo de ingenieros tomó medidas inmediatas: arreglamos el fallo, borramos los datos e implantamos prácticas para evitar que el error se repitiera. Los datos nunca se utilizaron, compartieron ni monetizaron».

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