La Justicia de Kenia se prepara para llevar a cabo un juicio histórico, tras acusar a 95 miembros de una secta apocalíptica de ser responsables de la muerte de 429 feligreses. El director de la fiscalía general del país, Mulele Ingonga, dio la orden de formalizar los cargos, que incluyen asesinato, homicidio culposo, radicalización, crueldad y tortura infantil, entre otros delitos.
Esta decisión llega después de que un magistrado del condado de Kilifi exigiera al Ministerio de Justicia que presentara los cargos en un plazo de dos semanas o de lo contrario, los sospechosos serían liberados. Desde los arrestos en abril, los fiscales habían solicitado mantener bajo custodia al líder de la iglesia, Paul Mackenzie, y a otras 28 personas mientras se investigaba el caso.
El caso salió a la luz cuando la policía rescató a 15 feligreses que habían logrado escapar de la iglesia de Mackenzie en el condado de Kilifi, ubicado en la región sureste de Kenia. Tristemente, cuatro de ellos fallecieron poco tiempo después de su traslado a un hospital.
Los sobrevivientes han relatado a los investigadores detalles espeluznantes. Según ellos, el pastor Mackenzie les había ordenado ayunar hasta la muerte para poder encontrarse con Jesús en el momento del fin del mundo.
Tras una serie de investigaciones, las autoridades descubrieron numerosas fosas comunes en una zona boscosa y remota. La primera cifra de fallecidos reportada por las autoridades fue 47. Posteriormente se dio a conocer el hallazgo de 89 cuerpos sin vida.
Además, la Cruz Roja indicó que residentes de la zona han denunciado la desaparición de al menos 210 personas, por lo que el gobierno de Kenia impuso un toque de queda de treinta días en la zona del sur del país, para continuar las excavaciones en busca de más cadáveres.
«Condenamos enérgicamente cualquier forma de organización religiosa que promueva creencias extremistas y opera fuera de los límites de la ley», condenó el inspector general de la Policía keniana, Japhet Koome.
Las autopsias realizadas en algunos de los cuerpos, encontrados dentros de las fosas, evidenciaron signos de hambruna, estrangulación y asfixia. Los sospechosos también enfrentarán cargos adicionales que incluyen agresión causando graves daños corporales y participación en actividades de crimen organizado.
Por otro lado, es importante destacar que Paul Mackenzie ya cumplía una sentencia de un año de prisión por operar un estudio de cine y producir películas sin la debida autorización.
Las autoridades continúan recabando pruebas para sustentar los cargos, asegurándose de que los responsables enfrenten la justicia en su máxima expresión.