El adolescente utilizó el arma de servicio de su padre, ex guardia civil, en el horrendo acto. Llamó a las autoridades y confesó el crimen.
El joven fue detenido tras entregarse a la policía y explicar lo sucedido. Las víctimas eran un hombre de 57 años, una mujer de 50 y una adolescente de 16 años.
La pistola con la que se cometió el crimen fue encontrada en la sala, cargada, y se confiscó como evidencia. El adolescente reveló problemas familiares y un altercado por un celular.
El adolescente confesó haber planeado el crimen, disparando a su padre primero, luego a su hermana y finalmente a su madre.