En la guerra que azota a Sudán desde abril de 2023, al menos 50 personas perdieron la vida en un ataque perpetrado por los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en el centro del país, según denunció un grupo prodemocracia local.

La situación en Sudán es crítica, con las RSF, lideradas por el general Mohamed Hamdane Daglo, enfrentándose al ejército bajo el mando del general Abdel Fatah al Burhan. Desde el inicio del conflicto, se estima que decenas de miles de personas han perdido la vida, con cifras que oscilan entre 20.000 y 150.000 víctimas, aunque la mayoría de estos fallecimientos no han sido registrados por las autoridades.

El comité de resistencia de Hasaheisa, un grupo prodemocracia que ha surgido como una voz de ayuda y apoyo mutuo entre los habitantes de Sudán, alertó sobre los brutales ataques que están sufriendo los pueblos de Al Sariha y Azraq, ubicados en el estado de Al Jazira.

En Al Sariha, al menos 50 personas perdieron la vida y más de 200 resultaron heridas el viernes, mientras que en Azraq, se encuentra sometido a un «asedio total», según denunció el comité. La situación se ha complicado aún más debido a los bombardeos constantes y a la presencia de francotiradores de las RSF, que impiden la evacuación de los heridos.

Los paramilitares han intensificado su violencia contra la población civil en la región agrícola de Al Jazira, al sur de Jartum, luego de que su comandante local se uniera al ejército. La falta de comunicaciones ha dificultado la confirmación exacta de las cifras de víctimas, sumiendo a la población en la incertidumbre y el temor.

El sindicato de médicos de Sudán ha hecho un llamado urgente a la ONU para presionar por la apertura de corredores humanitarios seguros hacia los pueblos que sufren el embate de las RSF, calificando la situación como un «genocidio» perpetrado por la milicia. La falta de acceso a la atención médica de emergencia ha obligado a muchos centros de salud a cerrar sus puertas, dejando a la población vulnerable y desprotegida.

Tanto las RSF como el ejército son acusados de cometer crímenes de guerra, atacando deliberadamente a civiles y obstaculizando la llegada de ayuda humanitaria a las zonas afectadas por el conflicto. Más de 10 millones de personas han sido desplazadas como consecuencia de esta guerra, según datos proporcionados por la ONU.

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