El pasado sábado en Washington, un criminal identificado como Romando E. Stanley se vio atrapado tras cometer una serie de delitos que lo llevaron a quedar suspendido en los cables telefónicos a varios metros del suelo. Este episodio no solo dejó a Stanley en una posición peligrosa, también mantuvo en vilo a las autoridades durante 45 minutos.

Stanley se encontraba en el ojo del huracán luego de protagonizar una secuencia de crímenes que incluyeron robos, daños a la propiedad y actos de violencia en diferentes ubicaciones de la ciudad. Todo comenzó alrededor de las 17:00 horas, cuando la Policía de Vancouver recibió un aviso sobre el robo de herramientas eléctricas de un automóvil en el bloque 600 de West Evergreen Boulevard. La víctima identificó a Stanley como el responsable y dio aviso a las autoridades, desencadenando así una persecución que llevó al criminal a intentar escapar a pie.

Los eventos tomaron un giro aún más dramático cuando Stanley se refugió en el techo de un edificio después de robar un teléfono móvil y agredir a un empleado en el bloque 900 de Main Street.

Las negociaciones para persuadir a Stanley a descender sin poner en peligro su vida resultaron infructuosas, lo que lo llevó a tomar una decisión desesperada y arriesgada: intentar cruzar la calle a través de los cables telefónicos. Ante esta situación extrema, la policía y los bomberos trabajaron en conjunto para planificar una estrategia que evitara una eventual caída mortal. Es así como un camión de bomberos fue colocado estratégicamente debajo de los cables para proteger al criminal de un impacto directo contra el suelo.

A pesar de los esfuerzos de los equipos de emergencia, Stanley perdió el equilibrio y cayó sobre el vehículo de emergencia, siendo inmediatamente detenido y trasladado a un hospital para recibir atención médica. Posteriormente, fue ingresado en la Cárcel del Condado de Clark para enfrentar las acusaciones de robo, hurto y malicia por sus acciones delictivas.