La policía de Ecuador ha logrado la detención de dos presuntos implicados en el asesinato del fiscal César Suárez, quien se desempeñaba como fiscal antimafias y estaba investigando ataques relacionados con el narcotráfico en el país.
El fiscal fue asesinado a tiros en Guayaquil, mientras circulaba en su vehículo. La situación se enmarca en una creciente escalada de violencia vinculada a organizaciones narcotraficantes, lo que llevó al presidente Daniel Noboa a declarar un «conflicto armado interno» para abordar y neutralizar a una veintena de bandas criminales.
Ante la escalada de violencia, las fuerzas de seguridad en Ecuador han intensificado sus operativos, patrullajes y medidas para combatir el crimen organizado y el narcotráfico.
Durante estos esfuerzos, se han realizado redadas en cárceles y se ha declarado toque de queda nocturno. El ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, expresó el firme compromiso del gobierno nacional en apoyar las instancias de la administración de justicia.
La fiscal general, Diana Salazar, ha denunciado amenazas de muerte en su contra, evidenciando la peligrosa dinámica en la lucha contra la criminalidad en el país.
El asesinato del fiscal Suárez resalta la vulnerabilidad de aquellos que investigan y combaten la corrupción y el crimen organizado en Ecuador.
Suárez había liderado investigaciones que revelaron la infiltración de mafias en el sistema judicial y casos de corrupción en la adquisición de suministros médicos durante la pandemia de COVID-19.
La situación ilustra la complejidad y la peligrosidad de la lucha contra la delincuencia organizada, y la respuesta del gobierno sugiere un enfoque decidido para enfrentar la situación y garantizar la seguridad y la justicia en el país.