En un estadio de fútbol en Ghazni, Afganistán, se llevó a cabo la ejecución pública de dos hombres condenados por asesinato este jueves. Ante la mirada de una multitud congregada, los reos fueron abatidos por disparos en la espalda.
La presencia de miles de hombres atestiguando el acto reflejó la brutalidad de la justicia aplicada en este caso.
Las familias de las víctimas, representadas en el estadio, rechazaron cualquier posibilidad de indulto para los condenados.
La ejecución, respaldada por la orden firmada por el líder supremo del país, Hibatullah Akhundzada, marcó un momento de severidad legal en un país aún sumido en conflictos y tensiones políticas.
El anuncio de la sentencia por parte de un alto funcionario de la Corte Suprema subrayó la autoridad del sistema judicial en Afganistán.
La ejecución pública de criminales ha sido una práctica recurrente en Afganistán, especialmente bajo el primer régimen talibán entre 1996 y 2001.
Sin embargo, su resurgimiento bajo el actual gobierno talibán, que volvió al poder en agosto de 2021, ha generado preocupaciones sobre el respeto a los derechos humanos y la aplicación de la justicia en el país.
En otras provincias, como Laghman, también se han realizado ejecuciones públicas por diversos delitos, lo que refleja un sistema legal rígido y, a menudo, implacable.
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