Las autoridades filipinas confirmaron el jueves la trágica muerte del youtuber estadounidense Elliot Onil Eastman, de 26 años, quien fue secuestrado el pasado 17 de octubre por hombres armados en la ciudad costera de Sibuco, en la provincia de Zamboanga del Norte. Según informes policiales, Eastman recibió dos disparos con un rifle M16 mientras intentaba resistirse a sus cuatro secuestradores, que se hicieron pasar por policías.
Los secuestradores, tras disparar a Elliot Onil Eastman, lo arrastraron a una lancha y se alejaron a toda velocidad, desatando una búsqueda masiva que llevó al arresto de varios sospechosos, aunque el cuerpo del youtuber aún no ha sido encontrado. Tres sospechosos murieron en un enfrentamiento armado con la policía en el sur del país el mes pasado. Según el portavoz de la policía regional, el teniente coronel Ramoncelio Sawan, los investigadores han recibido información de un familiar de uno de los sospechosos que confirma la muerte de Eastman a causa de las heridas de bala en el muslo y el abdomen.
Los secuestradores, al percatarse de su caída, decidieron arrojar su cuerpo al mar, tal como lo afirmó el familiar de uno de los involucrados. Esta información fue corroborada por un sospechoso clave en el secuestro, cuya declaración jurada ha sido presentada a las autoridades pertinentes. A pesar de las denuncias penales por secuestro contra varios sospechosos, el cuerpo de Eastman aún no ha sido encontrado, lo que mantiene una pequeña esperanza de que el youtuber pueda ser encontrado con vida. La policía continúa con su investigación para esclarecer los hechos.
Contexto y condiciones en el sur de Filipinas
Elliot Onil Eastman, originario de Vermont, había regresado a Sibuco para asistir a la graduación de su esposa filipina, tras haber publicado videos en Facebook sobre su vida en este pueblo costero remoto y pobre. Según las autoridades, los secuestradores parecían ser delincuentes comunes y no pertenecían a ningún grupo rebelde musulmán. El sur de Filipinas, hogar de una minoría musulmana en un país mayoritariamente católico, ha sido escenario de conflictos y problemas de seguridad durante mucho tiempo. Aunque un acuerdo de paz firmado en 2014 ha contribuido a reducir los enfrentamientos, la región sigue sufriendo de pobreza, insurgencias y actos delictivos.
El trágico destino de Eastman se suma a una serie de incidentes violentos en el sur de Filipinas, incluyendo secuestros perpetrados por grupos como Abu Sayyaf, que han atacado a turistas y misioneros occidentales en el pasado. A pesar de los esfuerzos por mejorar la seguridad en la región, estos actos de violencia continúan representando una amenaza para la población local y extranjera. La policía filipina ha informado a la embajada de Estados Unidos en Manila sobre la muerte de Eastman, mientras que las autoridades siguen trabajando para esclarecer las circunstancias de su secuestro y asesinato. La noticia ha conmocionado a la comunidad internacional, que sigue de cerca el desarrollo de este trágico suceso.