El caso de Fujiwara Hiroshi, un hombre de 83 años de edad en Oiso, Japón, ha causado conmoción en la ciudad.
Después de cuidar a su esposa Teruko durante más de 40 años, el hombre confesó a las autoridades que la lanzó al mar desde un muelle, mientras ella estaba en su silla de ruedas, porque estaba exhausto de cuidarla.
Trágicamente, el cuerpo de Teruko fue encontrado flotando en el agua horas después por un pescador.
Aunque Hiroshi afirmó que lo hizo porque estaba cansado de cuidar a su esposa y que no consideró llevarla a un asilo, el acto fue considerado como un asesinato por beneficio propio.
Después de cometer el crimen, Hiroshi fue a la casa de su hijo y confesó lo ocurrido, lo que llevó a su detención por las autoridades.
A pesar de su confesión, recibió una condena suspendida de tres años de prisión bajo el cargo de ‘fatiga por cuidado’, lo que ha generado controversia en la comunidad.
Este trágico suceso pone en relieve la difícil situación que algunas personas mayores enfrentan al cuidar a sus seres queridos durante largos periodos de tiempo.
Aunque no justifica su acción, es un recordatorio de la importancia de brindar apoyo y recursos adecuados a los cuidadores y familias que enfrentan situaciones similares, para evitar que se llegue a extremos tan trágicos como este.
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