El Hospital Bulovka en Praga se convirtió en el centro de atención al cometer un error tan trágico como evitable. Una paciente que acudió para un examen de rutina terminó siendo sometida a un aborto involuntario, todo debido a una confusión por parte del personal médico.

La víctima, una mujer asiática y residente permanente en la República Checa, fue confundida con otra paciente que había acudido al hospital para un raspado, un procedimiento que se utiliza tanto para realizar abortos como para otros fines médicos. Ambas mujeres compartían similitudes físicas que llevaron al personal del hospital a cometer el grave error.

Jan Kvacek, jefe del Hospital Bulovka, expresó su profundo pesar por lo sucedido, calificando el hecho como un «error humano». El hospital se comprometió a brindar apoyo psicológico y legal a la paciente afectada, quien perdió a su feto a raíz de la confusión.

El departamento de Obstetricia y Ginecología del hospital también se pronunció al respecto, señalando que la paciente había firmado un documento en checo que en realidad pertenecía a la otra paciente. A pesar de la comunicación detallada que se le había proporcionado previamente, la confusión persistió y el trágico desenlace ocurrió.

La repercusión de este incidente ha llevado al hospital a tomar medidas disciplinarias, suspendiendo a un empleado y restringiendo las labores de otro bajo supervisión. Este episodio lamentable ha traído a la memoria el caso de Thi-Nho Vo en Francia, quien sufrió una confusión similar en un hospital de Lyon en 1991, resultando en la pérdida de su feto.

La indignación y la búsqueda de justicia en casos como este no son nuevas, ya que la Corte Europea de Derechos Humanos ha sido invocada en situaciones pasadas.