Un matrimonio que celebraba sus bodas de oro y la madre de la esposa, de 97 años, fueron brutalmente asesinados a puñaladas y golpes en su casa el pasado fin de semana, en un hecho que ha conmocionado a la comunidad de Newton, en los suburbios de Boston.

Las víctimas fueron identificadas como Jill y Bruno D’Amore, de 73 y 74 años respectivamente, y Lucia Arpino, madre de Jill. Los tres eran devotos feligreses de la iglesia de Nuestra Señora Auxiliadora, donde se les esperaba el domingo para celebrar su aniversario de bodas después de la misa.

Sin embargo, al no verlos llegar, un amigo de la pareja fue a buscarlos a su casa y encontró una terrible escena: los tres yacían sin vida en una habitación, con múltiples heridas de arma blanca y contusiones.

La policía fue alertada y encontró evidencias de que alguien había entrado por la fuerza a través de una ventana. También hallaron huellas de pies descalzos, sangre y huellas dactilares en el lugar.

El lunes, las autoridades detuvieron a Christopher Ferguson, de 41 años, también residente de Newton, como sospechoso del triple homicidio. El martes se declaró inocente ante el tribunal y se le negó el derecho a fianza. Se espera que se le presenten más cargos una vez que se concluyan las autopsias.

Los investigadores no han establecido aún un motivo ni una relación entre el sospechoso y las víctimas. La fiscal del distrito, Marian Ryan, dijo que se trata de un incidente “aparentemente aleatorio” y “extremadamente violento”.

La comunidad de la iglesia ha expresado su dolor y su solidaridad con los familiares del matrimonio fallecido

El párroco, el reverendo Dan Riley, dijo que los D’Amore eran muy queridos y activos en la parroquia. Jill se encargaba de cuidar las flores y decorar la iglesia, mientras que Bruno era el encargado de cocinar las hamburguesas en los picnics. Su madre, Lucia, nunca faltaba a misa hasta que llegó la pandemia.

“Es una pérdida estremecedora, el dolor es terrible. Pero tengo que decir que el amor de la gente no sólo ha sido sorprendente, sino también edificante e inspirador”, dijo Riley.

El miércoles se realizó una misa especial en memoria de las víctimas, a la que asistieron cientos de personas. Algunos llevaron flores y velas para honrar su memoria. Otros compartieron sus recuerdos y anécdotas con los D’Amore y su madre.

“Los recordaremos siempre como una familia feliz, llena de amor y fe”, dijo uno de los asistentes.

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