Las denuncias de acoso contra Abraham «N», el motociclista que agredió a mujeres durante la marcha del 8M en Ciudad de México, continúan emergiendo con fuerza.
Un excompañero de trabajo ha compartido un testimonio que revela el patrón de comportamiento del individuo en el call center donde trabajaba, mostrando cómo se aproximaba a sus víctimas y las hostigaba verbal y físicamente.
Este testimonio, difundido en redes sociales, arroja luz sobre las acciones previas de Abraham y la aparente falta de acción por parte de la empresa para abordar sus conductas inapropiadas.
El relato detalla cómo Abraham, conocido en su entorno laboral por su intención de estudiar medicina y su negocio de masajes, buscaba reclutar mujeres en Ciudad Universitaria para sus servicios.
Revela una visión misógina, considerando a las mujeres como objetos para satisfacer las necesidades de los hombres, lo que indica un profundo desprecio hacia la dignidad y autonomía femeninas. A pesar de las quejas y errores laborales significativos, la empresa no tomó medidas adecuadas para enfrentar su conducta.
El testimonio subraya cómo Abraham persistió en su acoso, incluso tocando a una de sus excompañeras sin su consentimiento, sin enfrentar repercusiones laborales significativas.
Esta inacción por parte de la empresa resalta la necesidad de abordar de manera urgente y efectiva el acoso y la violencia de género en el ámbito laboral.
Además, sus excompañeros y excompañeras han hecho un llamado a la responsabilidad social, instando a figuras públicas a no respaldar a Abraham y a reconocer la gravedad de sus acciones. Es un recordatorio del papel crucial que juegan las instituciones y la sociedad en la lucha contra la misoginia y el acoso.
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