Un tiroteo ocurrido la noche del miércoles en un histórico bar de motociclistas de la localidad de Trabuco Canyon, en el sur de California, dejó un saldo de cuatro personas muertas, incluido el atacante, y otras seis heridas, informaron las autoridades.

Un agente de policía retirado del condado de Ventura, que tenía una disputa con su esposa, fue el sospechoso que disparó contra varias personas que se encontraban en el bar Cook’s Corner, según la Oficina del Sheriff del condado de Orange.

Los agentes que llegaron al lugar se enfrentaron al tirador y le dispararon, causándole la muerte. De las seis víctimas trasladadas a un centro de traumatología local, cinco sufrieron heridas de bala y dos se encontraban en estado crítico.

La supervisora del condado de Orange, Katrina Foley, lamentó este tiroteo masivo “sin sentido” y dijo que era algo que “pesaba mucho en toda la comunidad de Trabuco Canyon”.

Este es el último de los más de 640 tiroteos masivos que se han registrado en Estados Unidos en lo que va de año, según la organización Gun Violence Archive, que mantiene una base de datos sobre violencia con armas de fuego. Se consideran tiroteos masivos aquellos en los que resultan heridas de bala al menos cuatro personas, sin contar al atacante.

Los amantes de las motocicletas consideran el bar Cook’s Corner como un “tesoro histórico” y lo han usado como escenario de numerosos eventos benéficos y sociales. Según su página web, unos mineros construyeron el bar en 1884 como una cabaña y luego lo convirtieron en una tienda general y una oficina postal. En 1926, le añadieron una licencia para vender alcohol y desde entonces ha sido un punto de encuentro para los moteros.

El tiroteo ha conmocionado a los habitantes y visitantes habituales del bar, que expresaron su tristeza y su solidaridad con las víctimas y sus familias

Algunos testigos relataron el pánico y el caos que se vivió durante el ataque, mientras que otros recordaron los buenos momentos que pasaron en el bar.

Las autoridades continúan investigando los motivos del atacante y si tenía alguna relación con las víctimas. El sheriff del condado de Orange, Don Barnes, dijo que se trata de un “incidente aislado” y que no hay amenaza para el público.

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