La «Señora Wang» como se hizo identificar, se puso a ayudar a su pequeño con los problemas de su tarea; sin embargo, toparon con pared cuando el niño no le entendía a un problema por más que se le explicaba.

Ante la impotencia, enojo y desesperación, la señora comenzó a experimentar un gran nerviosismo y falta de aire; por lo que le dijo a su esposo que la llevara de emergencia al hospital, ahí le detectaron un infarto al miocardio.

Debido a la pronta atención de su infarto al corazón, la Señora Wang evitó mayores complicaciones; de acuerdo con los médicos, si hubiera tardado un poco más, un paro cardíaco era inminente. Todo esto derivado de la impresión de ver a su hijo incapaz de resolver su tarea.

De acuerdo con varios especialistas, los problemas del corazón entre madres jóvenes es un malestar común en varias partes del mundo; pues hay una tendencia a inmiscuirse en los asuntos académicos de los hijos de manera excepcional, lo que provoca un desequilibrio emocional.