Una de las aves de compañía más habituales es el canario, una pequeña ave que procede de las Islas Canarias, de ahí su nombre y que destaca entre todas las demás por su aspecto risueño, llamativo color y hermoso canto.

Cuidar a un canario puede parecer una tarea muy fácil, ya que su higiene y alimentación no son muy complicadas, pero estos pájaros tienen unas patas muy delicadas y frágiles, por lo que hay que tener especial cuidado cuando se lesionan alguna de sus extremidades.

Antes de empezar, lávate bien las manos o utiliza guantes de látex de un solo uso y lava las dos patas del pájaro con sumo cuidado. Para ello, utiliza agua tibia y limpia, que contenga un poco de desinfectante (agua oxigenada, por ejemplo) para limpiar bien la herida y evitar así que el canario se toque esta zona y pueda empeorar.

Luego debes identificar qué tipo de fractura presenta tu canario, para así recurrir al remedio que mejor se adapte a la lesión, agunas de las heridas más frecuentes que puede sufrir este pájaro en las patas son abiertas o cerradas.

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Una vez están las patas limpias, debes asegurarte muy bien de que colocas correctamente la pata de tu canario y de que esta no quede torcida, puesto que el hueso curará en la posición en que lo coloques. Entonces, coge un algodón y rómpelo en pequeñas tiras estrechas (ten en cuenta que las patas del canario son muy finas), a continuación, empápalas en un poco de agua y colócalas sobre la fisura de la pata, de tal forma que esta quede bien cubierta.