Curón y el campanario del pueblo, la verdadera historia
19/06/2020 - Hace 4 años en InternacionalCurón y el campanario del pueblo, la verdadera historia
Siguiendo la estela de otros títulos de factura europea como Marianne o Dark, Netflix ha vuelto a apostar por el terror con Curon, una serie de siete episodios que relata el regreso de una familia a un escalofriante pueblo de Italia. Y tras la sobrenatural ficción se esconde un suceso de la vida real que es casi igual de inquietante.
Los protagonistas de Curon son dos hermanos adolescentes que regresan con su madre a su ciudad natal, sin saber el motivo de ese repentino sentimiento de añoranza del hogar. Pronto, la madre desaparece y los jóvenes tendrán que enfrentarse a un pueblo que parece odiar a todo aquel que lleva el apellido familiar y con una ancestral leyenda que parece cobrar vida.
A diferencia de otras series de terror o sobrenaturales, Curon no busca el susto fácil, sino que apuesta por un punto de vista lo más inmersivo posible, lo que lleva al espectador a preguntarse si realmente los hechos narrados pudieron ocurrir de verdad. ¿Qué hay de real en el nuevo fenómeno de terror?.
Tal y como explican en la web thecinemaholic.com, aunque Curon no se basa en una historia real hay elementos de su trama que sí lo son. Este un drama de terror parte de algunas viejas leyendas locales para crear esa falsa sensación de realidad. En este punto, hay que destacar que esta historia se ambienta en una localidad real del norte de Italia, donde ocurrió un terrible suceso.
El campanario de Curón se ha convertido en un reclamo turístico que recibe miles de visitas al año. En invierno, las aguas se congelan y los turistas pueden caminar sobre la superficie del embalse hasta la torre. Si se atreven claro, porque la fantasmal estructura ha suscitado numerosas leyendas en el lugar.
Cuando se desalojó el pueblo de Curón antes de ser sumergido en las aguas, también se retiraron las campanas de la torre, y el campanario perdió el propósito para el que había sido creado. Aún así, cuentan las leyendas, que en las noches frías de invierno aún se oyen repiquetear las campanas.