El gigantesco Cristo Redentor en Río de Janeiro, Brasil, se vió iluminado con las banderas de los 166 países en los que se han registrado casos del nuevo Coronavirus COVID-19.

El santuario de esta estatua, que es considerada una de las siete maravillas del mundo moderno, fue el recinto donde tuvo lugar una ceremonia religiosa. El objetivo, orar por los enfermos de este virus mortal que se ha dispersado por el mundo. El obispo de la ciudad, cardenal Orani Joao Tempesta, solo tuvo como espectadores a fotógrafos y camarógrafos acreditados, ya que el templo está cerrado al público para impedir que las aglomeraciones ayuden a expandir el virus.

Después de que el cardenal de Río rezara un “padre nuestro” para interceder por los pacientes con coronavirus, se produjo la proyección de las banderas sobre el Cristo Redentor de hormigón que mide 30 metros de altura. Aunque no solo fueron las banderas sino también hubo un momento para cada continente.

“Es un momento de oración y de unión entre los pueblos. Rezamos y le pedimos a Dios que las autoridades encuentren los caminos y que todos colaboren para que podamos superar lo antes posible este tiempo difícil”, declaró el Cardenal  Tempesta.

También hizo referencia a las medidas de seguridad que son vitales durante esta epidemia pero que están sintiendo sentir a muchas personas, solas y abandonadas. “Oramos para que podamos abrazarnos y saludarnos nuevamente con alegría. Esta es precisamente nuestra esperanza y nuestra confianza”, agregó.